Capítulo 16

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Kein parpadeó contrariado al ver como las dos mujeres se alejaban por el pasillo. No hacía falta ser un genio para darse cuenta lo que habían estado haciendo ahí dentro. Puso los ojos en blanco y se dio la vuelta para marcharse, pero en ese momento, pudo ver a Terry a través de la puerta entreabierta. Llevaba una sábana enrollada en la cintura y las rojeces del pecho, indicaban que había sido una buena noche para él.

A su primo le faltó tiempo para ir a saludar.

―Buenas noches, Alfa ―lo saludó burlón.

―Terry... ―Kein arrastró las palabras como si fuera un reproche, aunque al menor de los Glattawer se le permitía todo―. Ya he visto que te has estado divirtiendo.

El rubio se encogió de hombros.

―Es Leyla, la nueva doncella... Espero que no te importe. Prácticamente había terminado su jornada laboral.

―No sabía que te tiraras a gente del servicio. Nunca te he olido en ella.

―Pues... al no estar prohibido ―hizo una mueca―. También hace medio año que me tiro a Monik.

―¿La cocinera?

―Espero no te importe. Esa tía tiene las tetas más enormes...

La mirada de Kein le hizo callar.

―¿Qué? No los trato como un cacho de carne.

―Dioses, Terry ―Kein se dio media vuelta para marcharse.

―Quedamos para follar, no para casarnos ―se excusó él―. Cosa que por cierto harás dentro de un par de días, si eliges compañera mañana, ¿no?

―Cállate Terry ―Kein volvió a detenerse y lo miró entrecerrando los ojos.

―Espera, te daré un regalito ―El lobo tomó un frasco y se lo lanzó a Kein―. Por si decides seguir soltero y hacer feliz a Selene Fountain.

El gruñido bajo, era una advertencia de que podía arrancarle la garganta de un mordisco.

—No te enfades. Es un regalito. Con esto puedes tirarte a cualquier hembra sin que huela a ti, aunque te hayas corrido a conciencia para marcarla con tu aroma. —La sonrisa ladeada de Terry, era devastadora. No le extrañaba que tuviera tanto éxito entre las hembras de la manada—. Es ideal para evitar lo que ha pasado esta noche.

Kein arqueó una ceja.

—¿Qué ha pasado esta noche?

Terry se estaba burlando abiertamente de él.

—Que todo el mundo sabía que le has estado haciendo a Selene, especialmente su madre —se burló—. Estaba entusiasmada.

Kein apretó los labios, de alguna manera se sentía avergonzado por eso.

—No quiero hablar del tema.

—Como prefieras —pero Terry señaló el frasquito—. Úsalo, con Selene o con quien prefieras. Eres el Alfa, recuerda que nuestro bisabuelo tenía un harén...

―Eso tampoco me interesa.

―Sea como sea, es un eficaz, y evita que los padres intenten poner tu cabeza en una pica. ¡Oh! —Chasqueó los dedos como si se hubiera acordado de algo. Le dio un saquito de hierbas—. Esto es para ti.

—¿Qué es?

—Te vuelve infértil por una luna —le sonrió ampliamente—. En eso hemos avanzado más que los humanos. Ellos siguen esterilizando momentáneamente a sus hembras, cuando son los machos quien pueden preñar a cualquiera ―Terry puso los ojos en blanco―, en fin. ¿Preparado para la Fiesta?

El deseo del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora