Un día, el protagonista masculino de la novela apareció y se arrodilló.
Me quedé boquiabierta y asombrada, pero repentinamente el protagonista me miró con sus hermosos ojos y habló.
-... Eres la hija de Mariette.
*Pok*
Al escuchar ese nombre, dejé c...
No solo se le arrebató su título de Princesa Bastevan, sino también fueron confiscadas todas las propiedades y títulos de su padre, el Gran Héroe Siorn Arcaitz Bastevan, lo que provocó el colapso de la familia Bastevan.
Mariette junto a su padre, fueron expulsados del ducado y encarcelados en un humilde pueblo.
—Fue desterrada... ¡Por qué demonios fue desterrada!
Era una noticia impactante que Ryat no podía creer.
—¡S-Su Alteza!
Ryat apretó el cuello de su subordinado con violencia y le preguntó la razón del destierro.
La respuesta que recibió fue horrible.
Se decía que el prometido de Mariette, Roderick Arne Heylian, se enamoró de una viuda plebeya y la traicionó a ella y a su familia. Entonces, enfurecida por la humillante traición, Mariette se vengó "atrozmente" de su prometido y la viuda plebeya... Como resultado de sus crímenes, lo perdió todo y fue desterrada a un pueblo.
—¡Un bastardo que no es mejor que un perro!
*Bam*
Ryat dejó caer a su subordinado, mirando la imagen de Roderick Arne Heylian flotando en el aire como si se tratara de un fantasma.
«¿Por qué me rendí con ella? Solo porque ella lo amaba...»
—Iré al Imperio Roshan.
—¡Su Alteza!
Sin que nada ni nadie pudiera detenerlo, Ryat se apresuró a ir hacia la tierra donde Mariette fue desterrada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*Kirrr*
La puerta de la pequeña casa de ladrillo se abrió con un sonido chirriante.
—...
Una mujer, de cabello púrpura claro ondeante por el viento, sostenía su vientre hinchado con una mano... Una mujer con una expresión aún más indiferente que hace unos años miraba hacia el amplio cielo...
—Tú...
Los audaces ojos dorados como luciérnagas finalmente vieron al hombre parado en la entrada de la casa.
—... Mariette.
Ryat sonrió como si estuviera a punto de llorar, mientras miraba fijamente el rostro de la mujer que no pudo olvidar ni siquiera en sueños.
Incapaz de ocultar su sorpresa, los ojos grises, que estaban clavados en los brillantes ojos dorados, pronto se deslizaron hacia el abultado vientre.
¿Cuántos meses faltaban para que diera a luz? Lo que había en ese vientre tenía la sangre del hombre que la traicionó miserablemente y la puso en una condición tan lamentable.
