Un día, el protagonista masculino de la novela apareció y se arrodilló.
Me quedé boquiabierta y asombrada, pero repentinamente el protagonista me miró con sus hermosos ojos y habló.
-... Eres la hija de Mariette.
*Pok*
Al escuchar ese nombre, dejé c...
Eshimed respiró con fuerza y rompió un gran trozo de hielo.
Los fríos pedazos de hielo revolotearon como estrellas, el aire se enfrió rápidamente y, finalmente, se produjo otra congelación y el hielo siguió creciendo.
—Escuché que la prometida del Príncipe Heredero ha sido escogida.
—¿Quién es?
—La Princesa Edith. Se dice que es una elementalista que heredó el talento del Gran Duque Heylian. Al parecer se está intentando restablecer el poder del linaje imperial.
—Oh... también escuchaste ese rumor. Se dice que Su Alteza el Príncipe Heredero en realidad no recibió la bendición de Phoenix, sino la de un espíritu tan inferior que nunca lo ha invocado oficialmente.
—Tal vez ni siquiera recibió la bendición de un espíritu... No lo sé.
Eshimed dejó escapar un suspiro sofocante lleno de enfado.
El Emperador había decidido la unión del Príncipe Heredero y Edith, y el Gran Duque Heylian estuvo de acuerdo.
En cuanto escuchó la noticia, Eshimed sintió una ira inexplicable.
Todo su cuerpo estaba tan caliente que sentía que se estaba asfixiando y su campo de visión estaba borroso como si estuviera a punto de llorar.
Podía imaginarse la imagen del incompetente e indefenso Valerian, que se estremecía de miedo cada vez que lo veía.
—Creo que la felicidad del presente es más importante que la venganza.
—Como último recurso planeo vengarme, pero buscaré la felicidad en el presente lo mejor que pueda. Incluso si los sirvientes se comportan con arrogancia, no importa porque no me afecta. Así que todo está bien.
Recordó la imagen de la niña que sonreía tan inocentemente como una flor.
... Simplemente no podía tolerar la situación, pero, ¿por qué estaba tan enfadado? Parecía que solo se sentiría mejor si despedazara Valerian de inmediato y acababa con los planes del Emperador.
—... ¿Debería traerla? —murmuró Eshimed—. Cassel.
Sin saber muy bien por qué lo hacía, Eshimed actuó por impulso y pasó directamente a la acción.
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El poder de Cassel consistía en distorsionar la percepción de las personas hasta convertirla en miedo. En otras palabras, era una alucinación insustancial.
