🪻Capítulo 98🪻

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—... ¿Qué?

Me quedé sorprendida, mirando a las personas ocupadas trabajando.

Existía el riesgo de que reconocieran a la Princesa de Kadela, así que me cubrí con la capucha de la capa y miré a mi alrededor, preguntándome si era este realmente el país que recientemente había sido sumergido en la guerra.

—... Es pacífico.

La conclusión seguía siendo la misma.

Me sentí inmersa en un extraño sentimiento y miré a la gente que vivía su vida diaria en silencio, sin importarles si el país estaba por arruinarse.

El Principado Kadela se enfrenta a la ruina y se presume que las Princesas escaparon por la persecución de Nisha, pero el pueblo parece tan pacífico que se siente ajeno a la situación...

—Es extraño... No puede existir tal cosa...

Nunca ha habido un caso en la historia en el que la gente de un país que fue derrotado en la guerra viviera una vida pacífica. Así que no podía borrar la extraña sensación de que un paisaje tan pacífico y cotidiano parecía enmascarar la terrible verdad...

—En primer lugar... No es tan importante.

Le di la espalda al desconocido sentimiento de extrañeza y me dirigí al muelle de Grishel.

No tenía la energía para involucrarme en la historia. Además, mi única misión era recolectar las Reliquias de los Reyes Espirituales y ocultarlas en un lugar seguro.


Y así llegué al presente.

—Solo un poco más... Debo aguantar un poco más.

En primer lugar, Rouse perdió la vida cerca de la frontera, lejos de la capital de Kadela, por lo que pude llegar al muelle a salvo sin ninguna inspección o seguimiento especial.

Sin embargo, al ser el camino más rápido al Reino de Dryad, no había forma de que el Reino de Nisha no considerara la posibilidad de que Rouse escapara por aquí.

Me bajé del carruaje, secándome las gotas de sudor frío que recorrían mi frente por el nerviosismo.

El paisaje que se extendía ante mí era un campo de juncos dorados y un río de color azul profundo.

Eso era todo lo que había para ver.

—... Siento que puedo respirar.

*Crooo*

Ante las palabras que susurré con una leve sonrisa, el cuervo ladeó la cabeza y graznó suavemente como si estuviera de acuerdo.

Me dirigí al muelle, pisando el camino adoquinado.


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Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora