🪻Capítulo 66🪻

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—¿Qué ocurre...?

Despertando del sueño y frotándose los ojos somnolientos, la Princesita miró hacia la puerta, pero la enorme puerta estaba bien cerrada y no revelaba los horrores de la devastación que ocurría al otro lado.

La joven Princesa ladeó la cabeza y se preguntó lo que sucedía en el ruidoso exterior.

—Meinhardt...

La idea de salir de repente surgió, pero reprimió su curiosidad y se quedó en silencio porque tenía que cuidar a su pequeño hermano que dormía profundamente.

¿Tal vez si nadie entrara en la habitación donde estaba sentada la Princesita, protegiendo a su hermanito, su destino no habría comenzado poco después? No había respuesta.

*¡PAM!*

—¿Qué son estos niños?

Tal pregunta sobre el destino solo era una suposición fugaz.

—¡¿Qué?! ¡No puede ser!

—Mira hacia allá, esa niña... ¿No se parece al Joven Duque Zodiac?

Después de que la puerta fuera rota con un estruendo, de inmediato entraron unos caballeros para examinar cuidadosamente la apariencia de la Princesita y poco después observó al cuna mientras reía.

—¡Oye, lo encontré! ¡El hijo menor del Duque Kandel!

—Ese niño... ¿Quieres matarlo o lo hago yo?

—Bueno, debemos hacerlo. Tenemos que matarlo, pero matar a un niño no sería un gran mérito.

El caballero, que avanzó y levantó al bebé con una mano, habló sin vacilar.

—¡Detente! ¡Meinhardt es solo un bebé! ¡Déjalo! —exclamó la joven Princesa mientras se aferraba a la pierna del caballero.

—¿Eh? ¿Quieres proteger a tu hermano? Pero, ¿por qué estás aquí? Todos los miembros de la familia se fueron.

—Tal vez la abandonaron. ¿Qué sentido tiene proteger a una Princesa que ni siquiera tiene alguien que la apoye?

—Sí, puede ser.

La joven Princesa miró ansiosa a su hermano, que lloraba tristemente mientras estaba suspendido en el aire, pero el caballero perteneciente a la facción del Segundo Joven Maestro solo sonrió con diversión.

—No importa cuánto supliques, joven Princesa.

*¡Shpa!*

—Porque todos los Jóvenes Maestros, excepto el sucesor, merecen morir.

*¡Pok!*

—Agradece haber nacido siendo niña.

La sangre roja fluyó y manchó el campo de visión de la pequeña Princesa.

Un momento después, escuchó el sonido de algo chocando contra el suelo y, cuando se fijó bien, se dio cuenta de que era el cuerpo de su hermano, quien hasta hace unos segundos estaba vivo.

—¿Tal vez fue un poco duro matarlo frente a ella?

—¿Qué importa? ¿Hay alguna razón por la que debamos preocuparnos por una Princesa sin poder?

—Sí, es cierto, jajajaja.

Los caballeros se dieron la vuelta sin arrepentimientos, y la Princesa, quedándose sola, se acercó al cuerpo de su pequeño hermano mientras lloraba.

El pequeño cuerpo estaba tibio, pero ya no emitía ningún sonido.

La habitación estaba oscura, así que la Princesa no podía ver bien, pero había muchas manchas rojas y húmedas.

Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora