🪻Capítulo 76🪻

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Alea apretó las manos y los dientes con fuerza, como si solo hubiera sido una ilusión la imagen de la encantadora y adorable niña.

Dudé si esta realmente era una expresión que una niña podría mostrar... Su cara era tan inexpresiva que me causó escalofríos.

—... ¿Qué quieres decir? —preguntó Alea, con una leve sonrisa y voz amistosa—. Creí que lo sabías. Mi padre biológico falleció cuando yo era una bebé que ni siquiera podía caminar. Así que, como mucho, solo sé su nombre, pero no tengo ni idea de qué tipo de persona era.

Una expresión espeluznante apareció en su rostro por un momento como una alucinación, dejando atrás a la encantadora niña.

—... Pregúntale a nuestro "padre" sobre la verdad de mi historia, y descubrirás si es cierto o no —dije mientras cerraba los ojos por un momento—. Tu padre biológico era un elementalista oscuro, y tu madre era su esposa. Seguramente entiendo lo que significan estas palabras sin necesidad de explicarte más.

Observé la reacción de Alea, pero para mi sorpresa simplemente se mantuvo tranquila.

—Su Alteza el Segundo Príncipe ha vivido encerrado simplemente por el hecho de tener espíritus oscuros como atributos secundarios. Si este hecho se diera a conocer al Imperio y al continente...

—...

—... ¿Podrías seguir manteniendo tu estatus como Princesa de Heylian? —dije tratando de ver los verdaderos sentimientos de la misteriosa y espeluznante chica que siempre llevaba una máscara sólida.

Por mucho que no lo recuerde, debía horrorizarse o sorprenderse al escuchar el hecho de que su padre era un elementalista oscuro. Sin embargo, al verla tan tranquila...

—Bueno, supongo que sí.

La expresión calmada de Alea no cambió.

—Incluso si mi padre biológico fue un elementalista oscuro... —dijo Alea y cogió su taza de té con un movimiento elegante—. ¿Qué importa eso?

—... ¿Qué? —pregunté, sin creer lo que escuchaba.

—Aunque tu padre sabía la verdad, eligió a mi madre en lugar de a la tuya. Aí que nunca nos abandonará a mi madre ni a mí —respondió Alea con expresión tranquila.

Me quedé tan sorprendida que solté una leve carcajada.

—... ¿Qué pasa si le cuento al Emperador este hecho?

—Vamos, díselo —respondió Alea mientras curvaba sus ojos rosados en medias lunas—. Edith, ¿lo sabes? Realmente si mi padre era un elementalista oscuro o un adorador, es un hecho de poca importancia. Lo que más importa son los atributos propios.

—...

—Soy una persona perfectamente ordinaria que no ha recibido la bendición de ningún espíritu. Pero solo porque mi padre biológico, del que ni siquiera conozco el rostro, fue un elementalista oscuro... ¿Es esa justificación suficiente para que el Emperador me prive de un título que se me fue otorgado directamente?

No sé de qué mierda está hablando. El Emperador incluso odiaba a su propio hijo y lo encarceló, entonces Alea ahora mismo...

—No existe ninguna cláusula en las leyes que hable sobre la pena de muerte jurada por todas las naciones, a excepción de Nisha, en donde se indique que los familiares de los elementalistas oscuros deben ser ejecutados. Además, aunque padre sabía que mi padre y yo éramos familia de un elementalista oscuro, nos acogió como gran duquesa y princesa —añadió Alea con voz amable—. Si Su Majestad el Emperador se entera de esto, ¿podrá despojarnos a mi madre y a mí de nuestros títulos?

Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora