🪻Capítulo 46 🪻

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¿Cuánto tiempo falta para el amanecer?

Eshimed y yo avanzábamos poco a poco, confiando el uno en el otro en medio del oscuro bosque y la aterradora luz de la luna que nos iluminaba levemente.

—Ah...

Eshimed se detuvo y dejó escapar un ligero gemido de dolor.

Cuando miré a Eshimed, me di cuenta de que en su cuello había una marca roja causada por Ryat cuando lo ahorcó.

—No, Eshimed...

Mordí mi labio inferior, luego agarré las manos de Eshimed y lo senté en la base de uno de los árboles caídos que nos rodeaban.

—¿Edith?

Eshimed me miró como si me interrogara por mi repentino comportamiento.

—Curaré tu herida. Debe dolerte —dije—. Tú, hijo de la vida que no perece, responde a la llamada de aquel a quien has bendecido con un corazón inmortal. Illipia, el Rey Espíritu de la Vida.

Llamé a Illipia mientras miraba la herida de Eshimed con una expresión rígida.

Una luz cálida apareció entre nosotros e iluminó el oscuro bosque.

—[Edith, me llamaste.]

Poco después, apareció Illipia con un cálido resplandor envolviéndola y me miró son una sonrisa.

—[Sin embargo... ¿Cómo acabaste vagando en este oscuro bosque?] —preguntó Illipia mientras miraba a nuestro alrededor.

—Ocurrieron algunas circunstancias...

Náyad estaba conmigo cuando me secuestraron, pero, ¿no comparten información entre ellos los Reyes Espirituales?

—Te lo explicaré más tarde. Por favor, primero cura las heridas de Eshimed.

Después de dar mi petición mientras pensaba tontamente, Illipia no dudó en acariciar suavemente el cuello de Eshimed y curar la herida dejada por Ryat.

—¿Ya estás bien?

—Sí... gracias —respondió Eshimed, tocándose torpemente el cuello.

Sonreí incluso en la caótica situación.

*Shhwaa*

—¡...!

Me cubrí el cuello, haciendo una mueca de dolor ante la intensa sensación de dolor que sentí en la nuca.

—¡Edith! —gritó Eshimed.

Retiré la mano de mi nuca, sintiendo una humedad siniestra en alguna parte, y lo que se reflejó bajo el resplandor que rodeaba a Illipia... Era una mancha de sangre.

—Esto es... ¿Qué ocurre?

Miré sin comprender las manchas de sangre, que me parecían terriblemente irreales.

—... ¡Quién es!

A diferencia mía, Eshimed, que inmediatamente recobró el sentido, se levantó del viejo árbol caído con un violento rechinido de dientes y se puso delante de mí.

*Crish. Crish*

Desde la oscuridad, donde el resplandor de Illipia no podía llegar, comenzaron a escucharse pasos pesados.

Eshimed y yo giramos la cabeza al mismo tiempo.

—[No se muevan] —murmuró Illipia—. [Puedo sentir la energía de Arcano fuertemente.]

... ¿Arcano? Si se trata de él, ¡¿no es el Rey Espíritu de la Oscuridad?!

Abrí la boca en estado de shock.

Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora