🪻Capítulo 60🪻

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—Tengo un artefacto que contiene imbuido una cantidad del poder de la electricidad, por favor, llévalo, aunque sea pequeño. Te protegerá de cualquier peligro.

Lo miré con ojos temblorosos.

—.... ¿Qué quieres decir? Pero tú...

—Estaré bien.

—¡...!

Miré fijamente el rostro de Meinhardt.

Como si tratara de tranquilizarme, esbozó una sonrisa cálida y amigable.

—Le prometí a la señorita Mariette que... Protegería a su hija pasara lo que pasara, así que solo estoy intentando mantener mi juramento.

Caminó en el aire como si realmente quisiera que me fuera y lo dejara solo.

—No te culpes. No debes sentirte culpable —murmuró con voz tranquila, como si todo estuviera bien—. Esta es la elección más natural y no tengo ni un solo arrepentimiento.

Mientras miraba a Meinhardt, recordé algo.


—... No llores.


Judith, la compañera de armas de mi abuelo y la persona que se sacrificó para salvar al joven Meinhardt y se convirtió en un puñado de cenizas.

—... Quiero preguntarte algo. ¿Cuál es tu relación con la persona que te salvó de niño, la señora Judith?

—...

Se encontraba caminando apresuradamente en el aire, pero sus pasos se detuvieron. Luego sus ojos, que contenían un abismo negro como el carbón, me miraron fijamente.

—... Era mi tía abuela.

Me limité a cerrar los ojos al escuchar su respuesta.

—Ya veo...

Sabía que eran familia.

—No me iré —añadí, con las manos juntas.

—... ¿Qué?

Meinhardt parecía claramente desconcertado.

—No me iré a ninguna parte, así que cuéntame más sobre lo que sabes.

Meinhardt me miró en silencio con expresión desconcertada.

*¡Shaa! ¡Shwuu!*

Meinhardt no pudo evitar los pedazos de tierra voladores porque había dejado de moverse.

—¡Meinhardt!

Afilados fragmentos de roca volaron violentamente, dejando una profunda cicatriz en la mejilla de Meinhardt.

—¡Una herida...!

De la profunda herida fluía sangre espesa.

—¡Conoces historias sobre Oried y Yuhyrian que yo no sabía! Así que, por favor, ¡si sabes algo sobre la debilidad de Yuhyrian o una forma de volver a sellarlo, dímelo! —exclamé mientras cubría la herida con mi manga.

Meinhardt, que se quedó mudo después de decirle que no me iría, desvió suavemente su mirada.

—... De hecho, todas las historias que conté fueron contadas por mi tía abuela.

¿Quién más podría conocer historias tan secretas?

—No se sabe quién es exactamente el Rey Espíritu encargado de sellar a Yuhyrian. Además, no podemos invocar espíritus en nuestro estado actual. Solo puedo usar el poder de los espíritus...

Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora