Un día, el protagonista masculino de la novela apareció y se arrodilló.
Me quedé boquiabierta y asombrada, pero repentinamente el protagonista me miró con sus hermosos ojos y habló.
-... Eres la hija de Mariette.
*Pok*
Al escuchar ese nombre, dejé c...
Ya no podía seguir enfrentándome a la mirada mortal a una distancia tan cercana que se mezclaba con mi respiración.
—[Estoy de acuerdo con tus palabras. Te concederé un indulto hasta que completes la misión encomendada por Lore] —habló con voz calmada el Rey Espíritu de la Muerte, alejando la enorme sombra que se había proyectado sobre mí—. [Pero te vigilaré...]
Agitó ligeramente la mano en el aire, luego casi de inmediato un gran cuervo negro como el carbón voló desde el exterior de la ventana rota y aterrizó en la mano de la Muerte.
—[Es mi familiar. Ten en cuenta que no te quitaré los ojos de encima a partir de ahora.]
El cuervo, que parecía un pájaro común a excepción de sus alas que revolotearan ligeramente como si hubiera entendido todo lo que decía, voló ligeramente hacia mis pies.
*Croo. Croo*
Mientras miraba maravillada los brillantes ojos negros del espíritu, el Rey Espíritu de la Muerte habló.
—[Recuerda. Solo te he dado un indulto, y no te quitaré los ojos de encima.]
—¡...!
El Rey Espíritu de la Muerte, que pronunció esas palabras con una voz carente de toda emoción e incluso vacía, instantáneamente fue devorado por una niebla negra.
La niebla negra flotó en el mismo lugar un rato, luego se coló silenciosamente por la ventana rota y desapareció.
—... Casi me meto en un gran problema.
*Crooo. Crooo*
El cuervo vigilante que dejó atrás graznó con fuerza dos veces a mi lado.
Ni siquiera he comenzado la misión todavía, y ya desde el principio ha habido una serie de sorpresas, miedos y crisis...
—Hah...
Me tumbé sobre el suelo y suspiré, recordando mi sombrío futuro.
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En un castillo lleno solo de solemne oscuridad, decenas de soldados se arrodillaron a los pies de la persona reclinada en el alto trono construido con espléndidos pero terribles pecados.
*¡Crash!*
El Rey de Nisha, Orhan Einar, abrió la boca con una expresión de enojo y tiró la copa de vino que tenía en la mano.
—¿Quieres decir que se te escapó la Princesa de un país en ruinas porque no pudiste vigilarla adecuadamente?
—... Le pido al Monarca que me perdone por mi pecado.
—Son absolutamente incompetentes. Es un Principado Acuático que hemos arruinado cuidadosamente durante décadas. Recordando las pérdidas que hemos sufrido hasta ahora, ¡ya deberíamos haber encontrado la Reliquia del Agua y habérsela ofrecido al Rey Espíritu de la Oscuridad!