🪻Capítulo 87🪻

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Eshimed aspiró el aire frío mientras miraba el cadáver destrozado de un monstruo con la parte inferior del cuerpo de un reptil y la cabeza de un lobo.

Se encontraba tomando un examen de un nivel por debajo de Edith. Sin embargo, a medida que se debilitaban los monstruos a los que mataba, la cantidad para matar aumentaba.

Ahora unos treinta más...


[ Mata a más de 60 monstruos ]


—...

«Sería más fácil matarlos su pudiera usar las alucinaciones de Cassel.»

Eshimed dejó escapar un suspiro helado.

Después de comprometerse con Edith, decidió no usar más los poderes de los espíritus oscuros... Porque quería ser una persona honorable para ella.

Eshimed bajó levemente la cabeza, respiró hondo y se alejó.

—[Jajajaj...]

Repentinamente escuchó una extraña risa no identificada.

Eshimed dejó de caminar y miró fijamente hacia el lugar de donde provenía el sonido, pero no sintió ninguna presencia.

«Tengo un mal presentimiento...»

*Kugugugugng*

Debajo del tranquilo cielo azul, comenzó a sonar un fuerte rugido.

—¡...!

Eshimed se giró confundido porque el epicentro del ruido era Lythera.

*¡ROARRRR!*

Los rugidos de los monstruos resonaron simultáneamente con fuerza bajo el tranquilo cielo.

Eshimed miró al cielo, incapaz de creer lo que veía.

La oscuridad total estaba literalmente... Devorando lentamente el cielo azul.

Al observar ese fenómeno irreal y extraño, Eshimed se dio cuenta instintivamente de algo.

«Espíritus oscuros.»

Se reunían en Lythera al mismo tiempo.

—¡...!

Solo hubo una persona que apareció en la mente del niño.

Eshimed se dio la vuelta apresuradamente, recordando a Edith, pero no tenía ni idea de en qué lugar del vasto bosque estaba. Además, actualmente se encontraba en medio de su prueba.

Eshimed, al recordar que no podía hablar, se llenó de nerviosismo y respiró hondo a penas reprimiendo el violento mal que estaba a punto de salir.

De repente, dos figuras cubiertas de niebla negra aparecieron detrás de Eshimed.

Incluso en medio de la extraña situación, Eshimed reconoció las presencias y se dio la vuelta.

—¡...!

Los nombres de los dos espíritus que aparecieron eran Tregard, el espíritu del odio, y Cassel, el espíritu del miedo. Aunque no los había invocado, los sabios espíritus oscuros aparecieron y se quedaron mirándolo en silencio.

«¿Cómo demonios...?»

Eshimed miró a los espíritus que habían estado a su lado en los momentos más fríos y solitarios que se enfrentó durante años.

Quería decir algo, pero el hechizo suprimía su voz y solo podía mover sus labios.

Ambos espíritus miraron a Eshimed durante un rato con sus ojos oscuros, luego se arrodillaron y abrieron la boca.

Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora