Era el día en que veía a su hija por primera vez después de mucho tiempo.
Roderick llegó al jardín trasero donde se encontraba Edith con una sonrisa en su rostro. Su tez se iluminó aún más al verla charlando alegremente con alguien en una pequeña y refrescante colina verde.
Justo cuando estaba a unos pasos, desvió su mirada hacia un costado...
—... Imposible.
Al ver al hombre sentado despreocupadamente junto a Edith y sosteniendo suavemente su pequeña mano mientras sonreía... La sonrisa en el bello rostro de Roderick desapareció.
—Por qué estás aquí...
Atrapado en un shock que parecía haberle quitado la razón, Roderick se sumergió inmediatamente en una furia ardiente.
—¡Meinhardt Ciel Atrappe!
En medio de su momento de paz, Edith tembló y giró la cabeza ante el repentino grito de furia que escuchó.
Roderick se acercó presurosamente.
—¿Cómo se atreve a entrar en el majestuoso Palacio Imperial el descendiente de unos humildes pecadores? ¡Retírate de inmediato!
Roderick no dudó en insultar a Meinhardt.
El comportamiento de Roderick hizo que Edith se sintiera incómoda, y Meinhardt se mostró extremadamente despreocupado y ni siquiera lo miró.
—Cómo te atreves...
Roderick parecía aún más furioso ante la indiferencia de Meinhardt, luego sin previo aviso agarró la mano de Edith y la apartó hacia un costado.
—No debes estar en compañía de un pecador. Estoy seguro de que fue traído aquí por Siorn Arcaitz. Me desharé de este tipo ahora mism-
—¡Yo le pedí que se quedara!
Roderick, que hablaba con rapidez y furia, miró momentáneamente estupefacto a Edith, quien intentaba alejarse con todas sus fuerzas.
—... ¿Qué?
Mirando a Roderick con ojos llenos de frustración, Edith se liberó de su agarre.
—Le pedí que se quedara a mi lado. Meinhardt me ha ayudado varias veces y es una buena persona en la que puedo confiar. Entonces, sin importar cuál sea su origen familiar... Por favor, no lo insultes más.
Roderick, que parecía perplejo ante las palabras que escuchó, inmediatamente apretó los dientes.
—¡Edith, piensas eso porque no tienes ni idea de la sangre maldita que corre por las venas de ese hombre! ¡Escúchame bien, si él continúa contig-!
—Lo sé.
Edith respondió con tranquilidad y miró a Meinhardt, quien seguía pareciendo indiferente a pesar de las duras críticas de Roderick.
Al principio, Edith pensó que el par de ojos negros eran inquietantes porque no podía leer sus verdaderas intenciones, pero...
—¿No es el único pariente consanguíneo que dejó Judith, la Gran Maestra Espiritual del pasado que fue compañera de armas de mi abuelo?
Ahora conocía el dolor oculto en el par de ojos negros, y también podía ver el afecto en ellos.
—¡...!
—Mi padre bloqueó y distorsionó por completo el conocimiento sobre el inicio de la calamidad y sobre los antiguos héroes que lucharon.
Roderick se veía visiblemente sorprendido.
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Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villana
De TodoUn día, el protagonista masculino de la novela apareció y se arrodilló. Me quedé boquiabierta y asombrada, pero repentinamente el protagonista me miró con sus hermosos ojos y habló. -... Eres la hija de Mariette. *Pok* Al escuchar ese nombre, dejé c...