~52~

63 0 0
                                    

Puede que haya tenido una infancia de mierda, que no recuerde nada de mi pasado... Tal vez fui una rata de laboratorio, tal vez crecí sin padres y sin educación, pero no soy una perra. Llorar no te sirve de nada, nadie logra cosas en esta vida llorando.

Soy más de furia que de llanto, cuando las cosas no están bajo mi control tengo que gritar y ser dura conmigo misma para después lamentarme y regañarme porque de nada ayuda los berrinches.
Tiro de mis pelos con desesperación, quiero incendiar todo a mi alrededor y como no puedo tomo una roca que veo a la vista y la aviento como si quisiera matar a alguien (en realidad si quiero) pero no puedo hacerlo así que vine al bosque a desquitar mi irá como en los viejos tiempos.

Levanto, rompo, tiro, aviento, piso... Todo a mi alrededor, incluso los árboles aunque soy consciente de que no tienen la culpa pero simplemente no puedo pensar en estos momentos. Golpeo la corteza del árbol como si fuera un saco de box, ni siquiera soy consciente del dolor que me causa, la dureza me abre los nudillos causando que estos sangren pero simplemente no me importa, quiero tirar el árbol con los puños y al ver que no puedo hacerlo me alejo y extiendo mi mano... Mi don comienza a darme una sensación de magnetismo y electricidad en las manos cuando de pronto la corteza del árbol comienza a desprender pues comienzan a verse las raíces. Tiro con más fuerza, se siente duro y pesado pero no me detengo, de pronto... Saco un grito que hasta para mí es ensordecedor y cuando menos me lo espero ya tengo el enorme tronco en el aire, no aguanto el peso y termino lanzandolo y este cae hacia el lago salpicando todo a su alrededor. Mis rodillas caen sobre las hojas secas y ramas, tengo la respiración agitada y mi cabeza da vueltas y es cuestión de segundos para que sienta ese líquido chorrear de mi orificio nasal, no me importa y lo limpio con mi antebrazo.

Aunque haya hecho mierda el bosque sigo sintiendo ese ardor en la garganta y en el pecho, no lo suprimo y las lágrimas no tardan en salir... Ya no me importa, de todos modos nadie está viéndome. Lloro como si fuera una niña que perdió a sus padres en un accidente, lo que suena ridículo pero así me veo. La verdad y aunque a mí orgullo le duela es que nunca podré tener una vida normal sin Eddie... Me recogió de la basura, me adoptó cuando más lo necesite y nunca me juzgó, siempre estuvo conmigo y yo con él y ahora hasta parece que no me conoce... Es como si esa pelea ocasionó el fin de nuestra relación y ni siquiera lo noté, no medí mis palabras y le ocasione daños colaterales... Nunca me perdonaré decirle todo eso, por eso no quiero explotar porque terminó estropeandolo todo.

...

Nunca me había sentido contra la espada y la pared hasta este instante... Tenía dos opciones y un objetivo hasta el momento.

Opción uno: dar el dinero que me gané con mis propios méritos, con mi propio sudor para el estúpido concierto de Metallica que cada día está más cerca para sacar a mis amigos.

Opción dos: vendo la droga que me sobró y entrego cuentas a Ricki, con eso podría sacarlos también pero de igual forma no sería suficiente y tardaría mucho más.

Objetivo: encontrar a Kali.

Mi atención está puesta por esa chica de cabellos morados... O eso era hasta que un grupo de imbéciles decidió golpear a cuánto hombre apareciera en sus ojos. Pensándolo bien, no estaría nada mal que sufrieran un rato ahí adentro por sus pendejadas.

Mi decisión había sido tomada, primero buscaría a Kali y dejaría a los chicos al final, suena cruel pero mi atención estaba puesta en algo primero antes que ellos. Y lo haré mientras pasan unas noches en la correccional, de esta forma Eddie tampoco se enteraría de mi paradero y tal vez se le pasa el enojo mientras reflexiona las consecuencias de sus tonterías allá adentro.

Giro el grifo permitiendo que el agua salga inmediatamente, pongo mis manos bajo esta dándome una sensación de ardor intenso pero aún así no las quito. Los nudillos me quedaron muy lastimados y el agua fría puede ayudarme a lavar la herida y desinflamar.
Rasgo el empaque de las gasas, las baño con alcohol dejándolas algo empapadas y sin pensarlo las pongo en mis nudillos de mi mano derecha dándome un ardor más intenso que con el agua, tuerzo mi boca y aprieto los dientes. Por alguna razón aunque esto sea doloroso me gusta sentir la quemazón en la piel, froto la gasa hasta limpiar los restos de sangre y una vez hecho esto ya solo quedan las aberturas de mi piel que tienen un tono rojizo y morado alrededor. Pongo pomada alredor junto con unas curitas y por último me vendo las manos para proteger la herida. Repito lo mismo con la otra mano y cuando terminó aún tengo esa sensación de dolor y ardor que me gusta sentir.

¿𝐅𝐫𝐞𝐚𝐤 𝐨𝐫 𝐇𝐞𝐫𝐨?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora