~ 53 ~

25 0 0
                                    

Escucho mi nombre como si fuera eco, mi cuerpo sigue dormido pero puedo escuchar mi nombre, alguien comienza a menearme de forma brusca y termino abriendo los ojos de golpe. Mis ojos al instante captan mis rodillas contra mi pecho y una silueta a lado mío que después de unos segundos lo reconozco.

-¡Carajo, despierta!- me sobresalta y ahora ya lo veo con claridad.

-¡¿Que demonios te ocurre!?- lo empujo.

-por si no te diste cuenta te quedaste dormida y seguramente ahora ya perdimos el rastro de la chica- miro al frente sin entender nada y el sol ya empieza a salir aunque aún está fresco el clima.

-agh cálmate-

-¿Qué me calme? ¡¿qué me calme!? Me insististe, me obligaste y casi me pegas por venir contigo para que ahora mandes a la mierda toda la misión- ruedo los ojos, lo único que me interesa hacer ahora es retomar mis horas de dormir, Steve me sigue reclamando y reclamando haciendo que salga del auto, es un castroso nivel mil. Si de suerte contrae matrimonio le mandaría mis respetos a la novia.

El aire frío se cuela por mi cuerpo aún así tenga mil chamarras encima por lo que decido ir al único lugar donde hay calor... La tienda. No hay nadie tras el mostrador pero no le tomo importancia y decido ir a la máquina de cafés, eso ayudará a calentar mi cuerpo. Tomo un vaso desechable y aprieto el botón para dejar salir el líquido que suelta humo cuando lo dejo salir, le pongo un poco de azúcar y meneo con una cuchara del mismo material, soplo y lo llevo a mi boca pero termino arrepintiendome porque el café me quema toda la lengua. Regreso al mostrador y el señor todavía no está detrás de él, le dejo unos dólares por tomar el café y salgo de la tienda emitiendo el sonido de la campanita. No quiero regresar con Steve por lo que terminó dandole la vuelta a la tiendita para tomar tranquilamente mi "desayuno" me siento muy exhausta... Tal vez si tenga que comer más...

Bebo mi café con calma, ya está a la mitad, y ya no está tan caliente como hace unos minutos, digamos que está en su punto perfecto para tomar.

-Elizabeth ¿Verdad?- dejo la tarea de beber cuando escucho una voz totalmente nueva a un costado mío, alzó la mirada poco a poco llevándome una sorpresa... Es unos centímetros más alta que yo, de una piel morena y linda, su cabello largo y morado...

-tú...- no tengo palabras ahora mismo aunque quiero decirle de todo.

-Kali... Pero creo que ya lo sabes ¿No es así? Llevas siguiendome hace tiempo- ¿Cómo... Lo sabe? Tiene las manos metidas a los bolsillos de su chaqueta y la bufanda verde militar le decora el cuello, su respiración saca humo por el ambiente frío.

-si... Yo soy Liza- me presento parandome derecha frente a ella.

-¿Elizabeth ya no?- sonrió de medio lado.

-si... Pero me gusta mi segundo nombre, llámame como quieras- ahora ella es la que sonríe de medio lado, termino de beber mi café y tiro el vaso por ahí para prestarle toda mi atención.

-bien Liza... O como sea que te llames, dime lo que tengas que decirme ahora- sus palabras me confunden.

-¿Tienes mucha prisa?- digo irónica y ella responde de la misma manera.

-digamos que tengo cosas que dirigir... Pero sería decirte mucho sobre mi, habla- no me gusta el tono que está usando.

-lamento decepcionarte, pero yo no hablo con las personas afuera de una tienda, con frío que me cala los huesos y con prisas- sus cejas se fruncen, ella piensa que es la única que puede imponer y conmigo debe saber que no será así.

¿𝐅𝐫𝐞𝐚𝐤 𝐨𝐫 𝐇𝐞𝐫𝐨?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora