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Mis brazos temblorosos solo se apoyan sobre su pecho totalmente duro y velludo, mis caderas se mueven en círculos y luego de arriba para abajo lo más rápido que pueden, nuestros gemidos se combinan como una exquisita canción de dos ninfómanos.

-carajo...- dice él, parece que le dará corto circuito en cualquier momento. Mis gemidos son cada vez más rápidos y sin aliento, pareciera que he corrido 100 mil kilómetros.

-no te detengas- dice entre dientes que casi no lo escucho, mis caderas ya cansadas van parando la velocidad, mis piernas temblorosas y dormidas sienten que ya no pueden más. Cuando se da cuenta levanta la pelvis y toma mi cintura con una sola mano.

-mi turno- dice antes de empezar a embestirme con una velocidad bestial que me hace sacar gemidos que ni siquiera sabía que tenía. Me penetra con brutalidad y sin parar, siento como mi interior lo succiona entero y como mi punto débil se hace cada vez más sensible.

-¡Mierda!- me tira un bofetón que me hace excitarme más, por parte lo tomo fuertemente del pelo. Sus embestidas no paran ni un puto segundo, siento que algo grande se avecina.

-¿Te gusta pequeña?- me mira a los ojos y mi boca seca solo quiere sacar quejido y gemidos a como dé lugar.

-me... Encanta- logró decir, antes de que el orgasmo me avecine saca su trozo de carne dando por cancelado lo que había estado esperando y antes de que me queje me voltea brutalmente sobre la cama dejándome boca abajo en un dos por tres.

-levanta el culo- sus palabras son órdenes para mí que incluso antes de darme cuenta ya tengo el culo más que levantado.

-cojeme... Dame más- pido apenas inaudible.

-¿Cómo dijiste?- toma un mechón de mi cabello jalandolo hacia arriba y aunque me duele no puedo quejarme, es como éxtasis para la excitación.

-dije que me cojas... Que me des más, por favor mi amor- siento todo el cuerpo caliente y como mi frente suda como nunca, su nariz huele mi cuello y su lengua recorre mi mandíbula.

-no lo hubieras dicho... Ahora querré que repitas esa palabra todo el tiempo- sonrió con malicia, ahora su lengua recorre mi mejilla, siento la punta de su polla rozarme la entrada y solo hace que me excite más y me desespere al mismo tiempo.

-vamos mi amor... Me traes como loca por eso- repito.

-ya no puedo- dice y me lo mete entero en un segundo dejándome más que dilatada y soltando quejidos, mis manos sujetan con fuerza la sábana cuando comienza a embestirme aún con más fuerza que antes, siento que me voy de este mundo y que mi alma se desprende.

-¡Dios!.. ¡Más!- cuando pienso que ya no tiene más fuerza me soprende de la forma más inesperada, parece que un demonio lo ha poseído o solamente es la adrenalina y la éxtasis. Me suelta un par de nalgadas que me deja un rico ardor y me hacen querer más. Me sujeta más fuerte del pelo dejandome ver la pared pero haciéndome sentir de maravilla.

-vamos pequeña... Vente- cierro los ojos, quiero hacerlo pero a la vez no quiero que esto termine. Su mano se escabulle por delante y terminando en mi clítoris, masajenadolo mientras sigue dándome con la misma potencia... Esto es cosa de otro mundo. Mi espalda se arquea como la de un gato y mi cuerpo recibe la avalancha de sensaciones que solo un privilegiado puede sentir, mi alma se desprende tal como lo dije por unos segundos y luego regresa a mi cuerpo, lo sé porque es un momento donde te olvidas de absolutamente todo y solo vez estrellas. Mi cuerpo se queda estático y mis oídos solo escuchan el quejido feroz de Eddie que me hace señal que el también tocó el cielo por unos segundos.

¿𝐅𝐫𝐞𝐚𝐤 𝐨𝐫 𝐇𝐞𝐫𝐨?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora