📚Profesor📚

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— Es tan guapo.

Froto mi sien, queriendo alejar el dolor de cabeza. Solo llevábamos quince minutos de clases y ya tenía a Karol suspirando hasta por los codos.

— Céntrate en la clase —pido en voz baja.

— ¿Clase? ¿A caso puedes concentrarte en otra cosa que no sea el profesor Arax?

— Pues resulta que debo aprobar esta materia la cual se me da fatal, así que sí, puedo concentrarme más en la clase que en el profesor.

— Eres una agua fiesta —chista ella.

— Tendrán un trabajo sobre economía global, podrán escoger un país o continente de su elección y hablar sobre él, deberán entregarlo en dos semanas —señala—. ¿Alguna duda?

Una chica de los primeros asientos levanta su mano y él le da la palabra.

— Pofesor. ¿Está soltero? —cuestiona.

— No creo que sea de su incumbencia —responde él y una de mis comisuras se eleva.

Por lo menos no es tonto.

— Profe, ¿qué pasa si no podemos entregar el proyecto a tiempo? —cuestiona otra chica.

— Serán castigados —responde y su mirada ardiente cae en mí.

« Oh, yo quiero que me castigue. »

Cállate conciencia, aquí tu no tienes ni voz ni voto.

« ¿Pero como que no? ¿Ya viste a este bomboncito gringo? Yo si quiero que me castigue, es más, me ofrezco como tributo, ¡dejemos de hacer tarea! »

Ruedo los ojos ante mi propia vocesita interior, la desgraciada es muy puta.

— Oye —Karol me da con su codo en mi costilla y me hace salir de la discución interna conmigo misma—. Creo que el profesor quiere castigarte específicamente a ti —bromea y yo no respondo—. Vamos, dejate llevar.

— No lo conoces Karol, ¿y si fuese un psicópata?

Se encoje de hombros.

— De algo hay que morir, ¿que mejor manera que ahorcada por sus manotas mientras te da una buena follada? A ver si así se te quita lo amargada.

Y desde ese punto me decidí a ignorarla completamente mientras la clase continuaba.

(...)

La campana suena y los estudiantes se preparan para cambiar de clase.

Recojo mis cosas y estoy a punto de llegar a la puerta cuando una voz me detiene.

— Señorita Allan.

Ruedo los ojos y volteo fingiendo la mejor de mis sonrisas.

— ¿Si profesor?

— Quédate un momento, debo hablar de tus notas.

— Creo que van a castigar a alguien —dice sugestiva mi amiga antes de marcharse.

El salón se vacía y observo a mi profesor mientras recoge algunos documentos guardándolo en su portafolios.

Debo admitirlo. Efren Arax es muy apuesto, de hecho, los tres lo son. Va vestido algo informal, y lleva unos lentes de montura que usa para leer o fijar su vista en la pantalla en la cual nos explicaba la clase.

— Puedes dejar de comerme con la vista —comenta impacible.

— No lo hago —aclaro.

« Si, como no. »

La Reina de los AraxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora