📚 Sacrificio 📚

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Pov Hope

Mientras el auto sigue en marcha me he quedado todo el viaje en silencio, meditando.

El nombre de Alessandro Bane no dejaba de repetirse en mi mente una y otra vez, solo por un motivo: es otro de los personajes de los libros que escribí.

Hasta ahora nunca había conocido a otro personaje de aquellas historias. Siempre pensé que solo había traído a mi mundo a los hermanos Arax y, aunque no la viera, sé que Laya, una de las protagonistas, aunque fuera de su mente, también existe en este mundo, pero eso es algo que puedo entender, después de todo eran el arco de los principales.

Pero Alessandro no es así, fue un personaje secundario que, siendo extremadamente peligroso, solo mencioné en un par de líneas cuando los hermanos le ganan una mercancía que ellos estaban buscando. Fue una simple escena para demostrar el poder de los villanos, sin embargo Alessandro Bane, también denominado como "Demonio Sangriento", es un poderoso personaje lleno de fortaleza, riquezas, sagacidad, sed de sangre, lealtad y un único propósito y motor en su vida: su hijo.

Esto me hace cuestionarme que tal vez no solo invoqué a los villanos de mi libro, sino que uní su realidad con la mía, y eso me da algo de miedo, porque habían muchas personas extremadamente peligrosas en aquellas páginas que escribí.

- Bombón -levanto mi mirada hacia Efren ante su llamado y noto que el coche se ha detenido y él mantiene la puerta abierta para mí para que baje.

- Gracias -sonrío, intentando olvidar aquel dilema que se había tornado tan complicado, y desciendo del auto.

Nos encontramos frente a una casa de dos pisos con paredes de vidrio tintados y lo más probable, a prueba de balas, el jardín que da a la entrada principal es realmente hermoso y a un lado de la casa se puede ver una alberca.

Soy guiada por mis hombres e Izak coloca una mano en mi cintura, atrayéndome a él y robando mi atención de la magnífica casa.

- Mi Luna, ¿ha pasado algo?, desde que estábamos en el auto estás muy callada -inquiere con preocupación y le sonrío sincera.

- No se preocupen, solo estaba algo distraída y ahora no puedo dejar de admirar esta casa -aseguro.

- Si te gusta tanto podemos comprarte una -menciona Efren con su típico rostro neutro mientras se acomoda las gafas de sol sobre su tabique.

- Es demasiado grande para que viva una sola persona, ni se te ocurra -Me quejo y noto como una de sus comisuras se eleva con maldad.

- Nadie dijo que vivirías sola -Su tono picarón hace que mis mejillas se enrojezcan.

- Es cierto Hope, en algún momento tendremos que convivir todos juntos, así que compraremos una casa más grande a tu gusto -asegura Izak.

- Hablan como si fueramos a casarnos -comento nerviosa y no recibo respuesta pero la sonrisa torcida en ambos rostros y aquella comunicación de miradas que solo poseían ellos me lo dejó en claro.

- ¡Los hermanos Arax! -Una voz exclama con emoción en un perfecto inglés y mi vista se dirige a una elegante mujer pelirroja que, a pesar de vestir solo un conjunto deportivo de momo y top, parecía estar lista para subirse a una pasarela-. O por lo menos dos de ellos -frunce su ceño-. Qué raro, siempre andan juntos -Se encoge de hombros con indiferencia y luego los mira con enojo-. ¡¿Saben lo difícil que fue prepararlo todo en tan solo horas?! -regaña.

- Paola, por lo que más quieras, deja el sermón -Efren hace una mueca, saliendo del frente mío para colocarse a un lado.

Entonces por primera vez los ojos verdosos de aquella mujer se posan en mí y me mira con sorpresa y ¿emoción? Pareciera estar al punto de saltar y gritar ¡EUREKA! Como si hubiese hecho un descubrimiento extraordinario.

La Reina de los AraxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora