📚Manipulación📚

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— Llegamos —comento abriendo la puerta de mi departamento.

Echo una ojeada a la estancia, no hay señales de vida inteligente..., ni de Karol tampoco.

Bien, se puede pasar.

— ¿En serio nos dejarás dormir hoy en tu casa conejita? —Jace me mira con sospecha.

— Venga, no haré nada indecente, lo juro —llevé mi mano derecha al pecho en símbolo de promesa.

— No es eso lo que me preocupa —rascó su nuca nervioso.

— Tu apartamento es increíble —comentó Izak curioseando en los estantes donde hay varios discos con mis pelis favoritas.

— Huele a ti —observo a Efren quien me ofrece una ligera sonrisa antes de repasar la estancia con su mirada.

Efren no suele sonreír mucho, me encanta que lo haga conmigo.

— No es tan grande como su casa, pero espero les sea cómoda —dejo mis cosas sobre la mesa—. Siéntanse como en casa.

Avanzo hasta mi habitación y saco de mi closet una caja donde guardo ropa masculina, tomo tres pares de pijamas y salgo a la sala para encontrar a Jace cambiando los canales de TV desde el sofá, Efren estaba sentado en el balcón leyendo un libro que de seguro dejé por algún lado e Izak saqueaba mi refri.

— Pueden usar el baño principal —aviso y llego a cada uno dejándoles un pijama—. Pediré a domicilio y después podemos dormir.

Un escalofrío recorre mi cuerpo,  por puro instinto de supervivencia, y deparo en las peligrosas miradas que se posan en mi persona por aquellos tres pares de ojos zafiros.

— Bombón —Efren deja el libro a un lado y se acerca a mí, despacio, hasta detenerse a solo centímetros de mí, ahogando mi respiración con su presencia. Acaricia mi nuca y trago en seco, subiendo mi mirada a la suya—. Dime algo, ¿de quién es esta ropa?

— Amm, yo...

— ¿Por qué tienes ropas de hombre en tu casa? —Izak susurra a mi oído desde tras de mí y me estremesco al verme encerrada entre ambos cuerpos.

— Habla rápido pequeña —exige Jace desde el sofá, observándome de manera seria.

— Son de mi hermano y mi padre —Por fin logro gesticular las palabras—. Yo las compro para cuando vienen de visita y...

— ¿Deberíamos traer también? —pregunta Izak, dejando un pequeño beso en mi cuello.

— Bueno... —bajo mi vista al suelo, intentando tranquilizar todas las reacciones de mi cuerpo ante ellos—, eso...no sería malo...supongo.

— Mírame —La voz autoritaria de Efren me estremece, haciendo que automáticamente cumpla.

Y lo que veo es una llamarada de fuego azul que me consume.

« ¡¡Esto se va a descontrolar!! »

— Yo...debo ir a pedir la cena y... —intento justificarme, nerviosa por el ambiente, y ellos parecen entenderlo.

Tanto Efren como Izak se apartan de mí y se dirigen a Jace, los tres conversan como si nada hubiese pasado y yo suspiro aliviada por ello.

Voy al teléfono de la cocina y pido a un restaurante cercano, ensalada, carne, sopa, arroz y postre, suficiente para cuatro personas. Luego de pedir regreso a la sala donde solo están Jace, así que supongo que el resto se esté bañando.

Voy a mi habitación y cierro la puerta, tomando mi toalla y entro al baño, saco mi ropa de mi cuerpo y abro la cortina de la ducha.

Solo para que comience a darme un infarto al ver a un Izak, desnudo, mojado y totalmente apetitoso.

La Reina de los AraxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora