Abro mis ojos con pereza, sintiendo un peso sobre mi pecho. Al despertar me percato de que a mis lados se hallan, aun dormidos, Izak y Efren, mientras que sobre mi torso y con una mano agarrando uno de mis pechos, Jace descansa como muerto.
Casi me dan ganas de reír. No puede ser que estos tres hombres quienes claramente tienen la palabra "PELIGRO" sobre la frente puedan verse tiernos mientras duermen.
Traté de moverme pero me fue imposible.
— Conejita, quedate quieta —pide Jace y acato al sentir algo precionar contra una de mis piernas, algo que mi cuerpo reconoce al instante.
— Despertaste con demasiada energía Bombón —Efren acaricia mi cabello mientras habla a mi oído con su voz grave y ronca.
— Aun debes estar cansada —Izak besa mi mejilla y se pega un poco más a mi cuerpo—, durme un rato más, ¿de acuerdo Luna?
— Está bien —aseguro, cerrando mis ojos aun con la deliciosa sensación de las voces de locutores de estos tres hombres a plena mañana.
« Gracias Dios, por ser una de tus favoritas. »
(...)
Salgo de mi habitación y llego a la cocina, viendo a Efren quien coloca sobre la mesa dos platos con tostadas, mantequilla y jugo.
— Buenos días mi Reina —saluda y le sonrío.
Me acerco dejando un pequeño beso en sus labios amentolados.
— Buenos días Ef.
Me siento a la mesa mientras lo observo terminar de colocar todo para también sentarse a desayunar junto a mí.
— ¿Dónde están los demás? —pregunto pegándole una mordida a mi tostada luego de colocarle mantequilla.
— Jace fue al hospital e Izak tenía un caso que debe comenzar en... —mira la hora en su rolex—, unos diez minutos.
— Vaya, están ocupados —comenté mirando el plato, algo avergonzada.
— Bombón —ante mi nombramiento levanté mi vista a sus ojos zafiro, sintiendo la intensidad de este—. ¿Que ocurre?
— Yo... —bajé la vista, algo desanimada de pronto—. Cuando desperté no los vi...y pensé que tal vez...bueno...
— Hope —Mi cuerpo se estremece ante su claro cambio de tono. Se pone de pie y se detiene justo a mi lado luego de rodear la mesa—, mírame —trago en seco, no me atrevo a mirarlo—. Mi Reina...
Levanto mi vista, aun apenada, y lo que veo en sus ojos provoca una calidez en mi corazón.
Aquel hombre dominante, de pocas palabras y de gestos fríos, me miraba como si fuera lo más hermoso en el universo.
Y me sentí de esa manera.
Se agachó, quedando su rostro un poco más abajo que el mío, haciendo que esta vez nuestras posiciones se inviertan.
— Bombón, jamás te abandonaríamos —Su mano viajó a mi mejilla, acunando mi rostro, y mi cuerpo se relajó ante su tacto—. Si pudieses verte como nosotros te vemos no tendrías una maldita inseguridad en tu vida.
Sonreí ante sus palabras, porque calmó aquella venita inquieta que se retorcía dentro de mí.
— ¿Tú no tienes nada que hacer hoy?
Efren me ofreció una pequeña sonrisa, de las pocas que daba, y corrió una silla para sentarse justo a mi lado y terminar de desayunar.
— Hoy la profesora Elena me pidió el turno para adelantar clases con ustedds, pero de todas maneras tengo que hacer el plan de estudios y organizar la próxima clase —explicó.
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La Reina de los Arax
Teen Fiction¿Te gustaría poder traer a la vida real a tus personajes literarios? Sería genial, ¿a que sí? ¿Pero que pasa cuando los personajes que creaste aparecen en tu realidad? Tal vez...¿cool? Pues no lo es cuando son personas de poca empatía, estabilidad...