Me adentro a la consulta, aun incrédula al ver a Jace ahí. La puerta se cierra y nos hemos quedado solos.
— Por favor, siéntate —permite mientras va a su sillón y me señala el sofá frente a él.
— ¿Qué demonios haces aquí? —cuestiono confundida.
— ¿No es obvio? Soy tu psicólogo —aclara.
Me observa con total calma y yo me quedo estupefacta.
Entonces recuerdo las veces que me dijo las profesiones extras de él y sus hermanos. Cosa extraña, porque jamás mencioné que fuesen algo más que mafiosos al escribir sobre ellos.
Intenté dar la menor cantidad de información sobre los hermanos Arax, no quería que quien leyera fuese atraído por los villanos.
Cuanto me equivoqué.
— ¿Es decir que eres psicólogo? No sé por qué no puedo creerte —comento y se encoge de hombros.
— No te juzgo, pero no solo soy psicólogo, también ginecólogo, pediatra, dietista y cirujano experto.
Mi mandíbula cae, pestañeo varias veces, asimilando la información.
« ¿Quién demonios es él?! ¡¿Barbie?! »
— Disculpa, pero, ¿qué edad tienes?
— Veintiocho —aclara.
— ¿En que momento estudiaste cinco doctorados en medicina?
Vuelve a encogerse de hombros.
— Entré a la universidad con dieciseis, al igual que mis hermanos menores.
WTF!
¡Los hermanos Arax son unos putos genios! ¡No manches!
— Ahora, si quieres saber más sobre nosotros podemos ir a cenar más tarde, pero ahora mismo la idea es curarte.
Asiento con mi cabeza, diciéndome a mí misma que es un buen médico y estoy aquí por mi salud.
Me siento en el sofá y él toma una agenda donde apuntará mis notas.
— Bien, puedes comenzar, ¿deseas contarme algo en específico? —cuestiona.
— Siéndote sincera...no.
Él ríe ante mi respuesta.
— Gracias por tu sinceridad —menciona—. Si no quieres decirme ahora no hay por qué hacerlo, tenemos tiempo suficiente, si lo deseas solo puedes contarme cosas rutinarias.
— Bien, pues, te contaré algo divertido —comento—, digamos que es una situación hipotética, ¿de acuerdo?
— Mhmm —masculla en aprobación.
— Digamos que una chica fue traicionada por su pareja y entró a una página web para pedir un deseo —cuento y sus ojos azules no se separan de mí—. Pide un amor al estilo de sus libros —río ante esto—, pensó que era una broma pero al otro día se da cuenta que los villanos de su historia realmente estaban ahí y ahora no la dejan en paz.
Jace me mira con diversión y toma una postura más relajada.
— Muy bien, digamos que es así. ¿Qué le preocupa realmente a la chica? —pregunta.
Y por un momento me quedo en blanco.
¿Qué es lo que realmente me preocupa?
— Bueno...ellos son los villanos...son malos —menciono y le veo dar pequeños asentimientos de cabeza.
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La Reina de los Arax
Teen Fiction¿Te gustaría poder traer a la vida real a tus personajes literarios? Sería genial, ¿a que sí? ¿Pero que pasa cuando los personajes que creaste aparecen en tu realidad? Tal vez...¿cool? Pues no lo es cuando son personas de poca empatía, estabilidad...