📚Curiosidad📚

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Entro al apartamento y lo primero que escucho es la voz de Izak.

— ¿En serio? ¡Esto sabe horrible! —Se queja.

— ¡Claro que no! —La voz de Jace suena indiganada—. Lo hice tal como decía esa señora en Youtube —hay unos segundos de silencio—. ¡¿Pero que mierda...?! ¡¿Por qué carajo sabe así?!

— ¿Será demasiado tarde como para mandar a pedir la cena?

— Creo que si —comento llegando a la cocina.

— Reina —Ambos exclama volteando su mirada hacia mí y me quiero partir de la risa al ver la cocina toda sucia.

— Al parecer necesitan ayuda con algo —digo divertida y me sonríen con inocencia—. Mejor limpien y juntos preparamos la cena —sugiero.

—  Claro que no Bombón, tú eres nuestra invitada.

Y en ese justo momento a sus hermanos se les pasa el susto por haber sido atrapados de malos cocineros y repasan mi cuerpo.

— Estás...completamente hermosa, mi Luna, como siempre —asegura Izak y lame sus labios con una mirada fogosa paseándose por mi cuerpo.

— ¡Joder! Conejita, no seas mala. ¿A caso quieres que tengamos una erección toda la jodida noche? —Se queja Jace.

— Esa es la idea. ¿Está funcionando? —Me burlo.

— Míralo por ti misma —susurra Efren a mis espaldas y sujeta mi mano, llevándola al bulto en sus pantalones y me tenso.

« ¡Mierda! Yo quiero ese paquetote. »

Me fijo en la entrepierna de los hermanos frente a mí donde se notan sus erecciones.

« ¿Pero que rayos tienen estos hombres en su sangre? ¿Afrodisiaco? »

— Parece que tenemos a una niña traviesa —murmura Efren y me abraza por el torso, atrayendo mi espalda a su pecho y aparta mi cabello para besar mi cuello.

Mi piel se eriza ante el contacto de sus labios.

— Mejor hacemos la cena —menciono y lo siento sonreír sobre mi piel.

Izak y Jace miran la escena con lujuria y esto me excita de cierta manera.

— De acuerdo, hagamos la cena, tenemos mucho tiempo para nosotros —dice de acuerdo el pelinegro y se aparta de mí.

El no sentir su calor me molesta un poco y mi mente me reclama lo bipolar que soy.

— Bien, veamos que dejaron —comento cambiando de tema y voy hasta el refrigerador.

Hay pollo, salsas, ensalada (creo que fue lo único que lograron hacer correctamente) y...

Suelto una risita.

— ¿Quién ha cocinado los huevos? —cuestiono.

Izak levanta su mano y elevo una de mis cejas, mostrándole el cajón. Generalmemte las personas normales al cocinar van tomando los huevos en orden, sin embargo él los tomó al azar, por lo que hay como siete huevos esparcidos por toda la caja, sin un orden.

— ¿Por qué los tomas así?

Se encoge de hombros.

— Para que se desesperen, así no saben quien será el próximo en morir —responde con simpleza.

« Asi comienzan los psicópatas. »

— No puedo argumentar nada ante esa lógica —admito y me sonríe como si fuese un maldito ángel.

La Reina de los AraxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora