Abro la puerta de mi departamento y entro en esta, encendiendo las luces.
— ¿Jace? ¡Llegué!
No hay respuesta así que aun no debió llegar del trabajo.
« Será mejor ponerme a cocinar. »
Pienso al recordar que Jace e Izak son capaces de quemar el agua.
De repente escucho la marcación del código de acceso a mi casa y el Biip que da paso. Entrando por la puerta aparece mi castaño preferido cargando con dos bolsas en cada mano mientras habla por teléfono el cual tiene entre su mejilla y el hombro.
— Si, ya compré la cena para nosotros...¡deja de regañarme! ¡¿Como crees que voy a dejarla morir de hambre?!...No, no voy quemar su casa, ¿puedes dejar el sermón? A veces parece que el mayor eres tú y no yo...¡¿Mentalmente?!...¡Jódete Ef!
Entra a la sala y al verme me sonríe.
— Hola conejita —Me saluda y hace mala cara—. No, ya ayer tuviste tu día, déjame en paz —habla con su hermano por teléfono.
Niego con la cabeza, divertida, y me acerco a él tomando su teléfono antes de que se le cayera. Lo coloco a mi oído mientras él se dirige a la cocina.
— Hola Ef —saludo.
— Hola Bombón, por favor, no dejes a mi hermano solo en la cocina —suplica y río.
— No lo haré.
— ¿Cómo fue tu día?
Veo acercarse a Jace a pasos largos.
— Hoy fui a...
Mi voz se ve opacada por la boca de Jace, introduce su lengua sin mi permiso y unos sonidos morbosos y excitantes salen de nuestras bocas, da un apretón a mi culo, acercándome a su cuerpo y jadeo en sus labios, excitada.
— Por Dios —escucho la voz algo rasposa de Efren al otro lado de la línea y solo entonces me doy cuenta de que aun seguía la llamada.
— ¡Efren! Traje los productos que me pediste —Se escucha la voz de Izak al fondo.
Jace toma su teléfono y lo pone en altavoz.
Lo deja sobre la mesita de centro de la sala y comienza a besarme con posesividad.
— ¿Que intentas hacer? —cuestiono sofocada mientras esta vez sus besos húmedos bajan a mi cuello, a ese punto que me enloquece.
Siento sus labios curvarse en una sonrisa que estoy segura poder calificar como maligna.
— Quiero que digas lo que te estoy haciendo —dice.
— ¿Qué?
— Hazlo —ordena, esta vez con más fuerza—, usa todas las palabras que quieras.
— Pero...
— Bebé, sigue la orden —escucho la voz ronca de Efren por la estancia.
— No quieres ser castigada, ¿cierto mi Luna? —Esta vez es la voz de Izak la que inunda mis oídos.
Trago en seco ante esto.
— Me está besando el cuello —digo coíbida y avergonzada, nunca había hecho algo así.
De repente Jace deja de besarme y me hace voltear, quedando de espaldas a él.
— Quítate las medias, arrodíllate en el sofá y pega tu mejilla al almohadón.
« Efren, sal de ese cuerpo, no te pertenece. »
A pesar de todo acato la orden, quedando en una posición en la que mi trasero se ve totalmente expuesto a él.
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La Reina de los Arax
Teen Fiction¿Te gustaría poder traer a la vida real a tus personajes literarios? Sería genial, ¿a que sí? ¿Pero que pasa cuando los personajes que creaste aparecen en tu realidad? Tal vez...¿cool? Pues no lo es cuando son personas de poca empatía, estabilidad...