Voy despertando y mi cuerpo se remueve entre la comodidad que siento.
Unos largos dedos dan caricias a mis cabellos, también siento mimos en mis muslos y como alguien sujeta una de mis manos.
Lentamente abro los ojos, notando que sigo acostada en el suelo con mi cabeza apoyada en las piernas de Izak, es él que acaricia mi cabello y el primero en darse cuenta de que estoy despierta, sonriéndome de inmediato.
Efren más abajo da caricias en mis muslos los cuales están sobre sus piernas mientras ve algo en la TV y Jace, acostado con su cabeza en mi vientre, sujeta una de mis manos y juega con esta entre las suyas.
La escena me pareció de lo más encantadora, ¿si los veo de este modo como puedo pensar que son seres peligrosos?
— ¿Qué hora es? —pregunto recibiendo la atención de los tres.
Jace mira el rolex en su muñeca por un breve segundo.
— Las doce y cuarenta y seis —informa.
— He dormido casi dos horas —murmuro asimilando la información.
— Tuviste un buen orgasmo Bombón, me sorprende que te despertaras.
Levanto un poco mi cabeza mirando de mala manera a Efren pero él no me observa, aun así la sonrisita en sus labios lo delata.
— Te saldrán arrugas —bromea Izak frotando con su dedo índice mi ceño para que deje de fruncirlo.
Vuelvo a recostar mi cabeza en sus piernas y le sonrío, haciendo que esta vez vuelva a acariciar mi cabello.
— ¿Saben?, yo supe mucho de ustedes, pero no preguntaron nada, ¿hay algo que quieran saber? —cuestiono.
Hay un pequeño silencio que aprovecho para hundir mis dedos en los cabellos del castaño.
— Oh, yo tengo una —comenta Jace y su voz se escucha emocionada—. ¿Si fueras un producto cual sería tu eslogan?
Arqueo una ceja ante sus palabras, había esperado algo más.
Lo pienso por unos segundos antes de contestar.
— Sexy, especial, única, reina de ojos plata y piel morena.
— Yo lo compraría —alega Efren y los tres reímos.
— Ok, me toca —Izak se pone pensativo—. ¿Qué super poder te gustaría tener?
— Telekinesis —No dudo en mi respuesta—, podría traer todo hasta la cama nada más que con mi mente.
Ellos vuelven a reír ante mi ocurrencia y yo me mofo.
— Tranquila Bombón, no te enojes —pide el pelinegro—. A ver. Si te dieran a escoger entre sexo y comer sin engordar...¿cuánta comida pedirías?
Esta vez yo también estallo en carcajadas juntos a los hermanos.
— Mucha, sin duda mucha —comento.
Me siento como si volviese a mi etapa adolescente.
— ¿Del 1 al 10 cuanta importancia le das al sexo en la pareja?
Jace subió de nivel.
— Once —respondo y él mueve sus cejas de arriba a abajo con actitud pícara a lo que le saco la lengua.
— Si pudieses preguntarle una sola cosa a tu yo de veinte años en el futuro, ¿que preguntarías?
Quedo en silencio y sonrío con tristeza ante la única pregunta que se asoma en mi mente.
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La Reina de los Arax
Teen Fiction¿Te gustaría poder traer a la vida real a tus personajes literarios? Sería genial, ¿a que sí? ¿Pero que pasa cuando los personajes que creaste aparecen en tu realidad? Tal vez...¿cool? Pues no lo es cuando son personas de poca empatía, estabilidad...