📚Amor y monstruos📚

1.9K 312 561
                                    

Pov Efren

Eran las cuatro de la madrugada y yo me hallaba en el amplio balcón de la suite que comparto con mis hermanos, y en estos momentos, con nuestra novia.

Luego de formarse la verdadera peda, emborracharnos y follar, Hope se había quedado dormida luego de tres orgasmos seguidos y fue cargada por Izak hasta su habitación y mis dos hermanos se quedaron dormidos con ella.

Yo soy quien tiene mayor resistencia al alcohol para mi desgracia, luego de no poder conciliar el sueño me hallo solo mientras bebo una copa de champaña y veo la nieve caer.

Mi conciencia me hace revivir aquel momento una y otra vez de hace exactamente dos años atrás, atormentándome.

De repente siento que algo se desliza sobre mis hombros y mi vista depara en la morena de cabello cenizo y ojos plateados que me observa con preocupación.

En sus pupilas puedo ver mi reflejo y de alguna manera me hace dudar.

¿Como es posible que la hermosa mujer ante mí pueda amarme?

"¿Quién sería capaz de amar a un monstruo como tú?"

Aquellas palabras resuenan en mi mente como un recuerdo que creí olvidado durante tantos meses.

Pareciera que desde que Hope entró a mi vida todo lo malo que he vivido solo se convirtió en una memoria antigua.

— ¿Qué haces despierta, Bombón? —cuestiono tomando su mano.

— Me hacías falta —menciona y algo cálido dentro de mí aparece.

« Destino. Gracias por hacer que semejante mujer ame a una aberración como yo. »

Solo sonrío y abro mis piernas, invitándola a sentarse en el mismo sillón donde me encuentro yo. Ella acata y al estar sentada hago que la sábana con la que me cubrió nos abrigue a los dos. Ella recuesta su cabeza de mi hombro y cierra sus ojos.

Observo como sus dedos se entrelazan con los míos sobre su vientre. Sus manos son mucho más pequeñas que las mías, amo ese detalle con mi alma. Sonrío y me aferro a su agarre.

— Ef, ¿qué hacías aun despierto? —pregunta en un tono bajo.

— No podía dormir —admito en el mismo tono.

— Oye, ¿qué pasó en Navidad?

Sabía que en algún momento indagaría sobre ese detalle, aunque esperaba no ser yo quien le dijera.

— Desde pequeños siempre nos habíamos sentido un poco...fuera de lugar —comento—, éramos llamados "genios", sin embargo se nos era difícil comprender algunas emociones, sobretodo de quienes nos rodeaban.

Relato mientras mi mente viaja a mi niñez. Preguntas tales como: "¿por qué lloras? Solo es un perro, puedes comprarte otro"; pueden arruinar tu niñez. Sí, éramos los niños "genios" pero también fuimos los "bichos raros".

— Cuando tenía ocho años, justo a las doce del día de Navidad, unos enemigos de mi padre tomaron nuestra casa, nos tomaron de rehens, amenazaron a padre con matarnos si no se entregaba y le asesinaron frente a nosotros y de nuestras madres —Me encojo de hombros—. Estábamos impactados, sin duda alguna, pero para un niño normal supongo que la primera acción no habría sido tomar venganza, sin embargo, la primera acción de Jace fue arrebatarle la pistola al tipo que lo sujetaba y disparó directo a su cabeza para luego asesinar a quienes nos mantenían cautivos a Izak y a mí.

— Es horrible —murmura Hope mientras acaricia mis nudillos.

— En ese momento fue la primera vez que Jace entró en su ataque psicótico y fue difícil calmarlo. Pero realmente no había tristeza por nuestro padre, claro, no es que estuviera muy presente —aclaro—. Tanto nuestras madres como padre siempre mantenían una distancia con nosotros, supongo que para evitar una situación así, la cual al final llegó, luego de eso nuestras madres nos criaron para ser los siguientes líderes de la Bratva y por ende nos acercamos mucho más, gracias a eso tenemos la relación madres-hijos que debimos tener desde el principio.

La Reina de los AraxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora