— Navidad, navidad, dulce navidad —canto mientras entro a la casa de mis novios.
— Feliz navidad Bombón —saluda Efren dejando un beso en mis labios con rapidez para luego correr hacia la cocina.
— Conejita —Esa voz es de Jace mientras sale de la habitación al final del pasillo junto a Izak—. Que bueno que llegaste, acompáñanos a buscar el árbol y los regalos —pide avanzando hasta mí.
— Corrección, tú y yo vamos a buscar los regalos mientras él busca el árbol —aclara Izak y deja un beso en mis labios para que luego el mayor imite su acción para continuar su queja.
— ¡¿Por qué?! Yo quiero buscar regalos con Hope.
— Porque eres capaz de comprar toda la tienda —Le responden al unísono sus hermanos y él se cruza de brazos con un mohín.
— No es justo.
Suelto una pequeña risa y mi mirada se dirige a la habitación de la cual salieron hace segundos.
— ¿Que hay ahí? —cuestiono señalando la puerta.
Izak y Jace se miran entre ellos pero no responden.
— ¿Dónde? —pregunta Efren acercándose mientras seca sus manos con una servilleta y yo vuelvo a señalar dicha puerta, él solo se encoge de hombros—. Es un cuarto rojo donde vamos a pasar mucho tiempo en un futuro no tan lejano.
« Y lo dice con tanta calma, como si del clima hablase. »
Mis mejillas queman al imaginarme muchas escenas poco decentes.
— ¡Ef! —reprende Izak.
— ¿Qué? Prefiero decirle la verdad a que luego se escabulla de noche para averiguarlo —Se defiende el pelinegro.
— ¿Cómo sabes que haría eso? —chisto cruzándome de brazos.
Él me ofrece una sonrisa burlona.
— Porque eres una chica muy curiosa —asegura y no puedo refutar.
« ¿Como será un cuarto rojo en la realidad? »
— No lo pienses Hope —Se queja Jace.
— No estaba pensando en nada.
« Eso, hazte la loca y finge demencia. »
Él se acerca y sus manos van a mi cabello, haciendo un puño con este y dando un leve tirón me hace levantar la cabeza hasta que mi mirada conecta con la suya.
— Si alguno te atrapa huzmeando ahí eso te convertirá en una chica desobediente, ¿sabes que les ocurre a las chicas desobedientes?
Trago en seco ante la mirada voraz no solo de Jace, sino también de sus hermanos.
— No —niego y una sonrisa oscura se asoma a los labios del mayor.
— Reciben castigos pequeña, así que evita provocarnos —pide y suelta mi cabello.
Se estira y pasa su brazo sobre los hombros de Izak, literalmente el ambiente ha dado un giro de 180 grados.
— Bien, vamos a por esos regalos y el árbol —dicta quien hace segundos me estaba haciendo aguas las ganas.
« Este ser es bipolar, me ha dejado excitada y se hace el tonto. »
— Si, será lo mejor antes de que cierren las tiendas —aconseja Izak.
— Mientras yo terminaré la cena, dense prisa —Efren se aleja hacia la cocina.
Y por mi cabeza solo pasa una cosa:
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La Reina de los Arax
Teen Fiction¿Te gustaría poder traer a la vida real a tus personajes literarios? Sería genial, ¿a que sí? ¿Pero que pasa cuando los personajes que creaste aparecen en tu realidad? Tal vez...¿cool? Pues no lo es cuando son personas de poca empatía, estabilidad...