𝐧𝐨 𝐥𝐥𝐨𝐫𝐚.

345 32 5
                                    

𝒍𝒂 𝒏𝒆𝒏𝒂 𝒔𝒊𝒈𝒖𝒆 𝒂𝒗𝒂𝒏𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐, 𝒍𝒂 𝒏𝒆𝒏𝒂 𝒏𝒐 𝒍𝒍𝒐𝒓𝒂.

Cuando las luces se volvieron a encender y brillaban más que antes, los ojos de Solana no lo soportaron. Frunció el ceño y sintió de repente todas las agujas que le atravesaron el cuerpo.

—La puta madre...—Murmuró mientras se movía en la cama, nadie estaba en la habitación y la morocha no entendía por qué tenía tantos tubos en la cara y en el cuerpo.

Solana estaba desorientada, le dolía el pecho y se sentía muy mareada todavía. El bebé estaba ahí, ella sabía que estaba ahí porque se movía, pero presentía que algo no estaba bien.

— ¿Hola?—Frunció el ceño mirando a su alrededor y cuando estaba por ponerse de pie, las puertas se abrieron y la cara de Rúben decoró el marco—Rúben...—Como pudo sonrió y él asintió mirando a la enfermera que estaba a su lado como una señal para dejarlos solos.

—Hola amor, ¿cómo estás?

—Rara... ¿qué pasó? ¿por qué estoy acá?

—Bueno... parece que el estrés que teníamos por tu madre se hizo físico, el doctor dice que fue una respuesta de tu cuerpo manifestando un posible aborto—Los ojos de Solana se abrieron bien grandes y se sentó de un solo movimiento para intentar entender qué pasó—, pero estás bien... ambos están bien.

—Pero ¿cómo, cómo casi aborto?

—Sí, es que tu cuerpo puede que no este preparado para el bebé, pero con la transfusión que Enzo te dio vas a estar bien... al menos hasta el parto.

— ¿Enzo? ¿De qué me estás hablando, Rúben? No entiendo nada.

El portugués suspiró y acarició el pelo de Solana, quién seguía con el ceño fruncido comenzando a irritarse por no entender nada—, el bebé es de Enzo. Los tres comparten el mismo factor de sangre, y para que despertarás del coma lo llamamos para que te diera una transfusión, por eso estás mejor.

—Pero ¿cómo puede ser? El test que me hice en Buenos Aires decía negativo, se supone que no...

—Pero si lo es

—Yo no...—La voz se le rompía y las lágrimas empezaban a mancharle la cara, rápidamente Rúben se puso de pie y se acercó a ella para calmarla.

—Hey... bueno, bueno—Rúben la abrazaba con fuerza y Solana empezaba a llorar como si estuviera recibiendo la peor de las noticias—, es mi hijo Lana. Siempre va a ser mío. Es nuestro y Enzo lo entiende, por eso apenas hizo la donación se fue otra vez a Nápoles.

— ¿No te dijo nada?

—Me pidió que te cuide y que bloqueé a tu mamá de todos lados para darte paz.

La risa nerviosa de Solana calmó a Rúben y este con cuidado le limpió las lágrimas.

—Amor... no me importa de quién sea, mientras me permitas ser su padre.

—Sos su padre.

—Aunque vas a tener que hablar con Lautaro, estaba muy enojado cuando se enteró que era de Enzo—Solana chasqueó con la lengua y asintió.

—No creo que lo quiera... Lautaro no quiere nada que tenga que ver con Enzo.

—Pero también viene de tu parte, lo va a querer.

Rúben le sobaba el brazo mientras ponía su mano en el vientre de Solana sintiendo como el bebé se iba despertando tocándole la palma de la mano con sus patadas.

SATURNO // TERMINADA (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora