𝐜𝐚𝐫𝐝𝐢𝐠𝐚𝐧.

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𝒄𝒉𝒂𝒔𝒆 𝒕𝒘𝒐 𝒈𝒊𝒓𝒍𝒔, 𝒍𝒐𝒔𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒏𝒆.

𝐄𝐍𝐙𝐎.

—Dear passengers, welcome to London City Airport. Please remain seated, and with your seat belt fastened until the plane has come to a complete stop...

La azafata seguía hablando en inglés y yo me perdía mirando la ventana del avión. Ni siquiera había prendido el celular en el vuelo, no quería reclamos de Serena, no quería los gritos de Valentina y mucho menos las amenazas de Mimi y Lautaro. Necesitaba verla una última vez para estar completamente de acuerdo con la decisión que estaba por tomar cuando pusiera un pie afuera del avión.

Cuando la llamada de Mimi me llevó a alejarme de Solana, lo único que pensaba era en la tremenda culpa que cargaba después de lo que le pasó. Ni siquiera me pude enterar por Lautaro o Agustina y gracias a ese pequeño detalle yo había cometido el peor error de mi vida comprometiendo mi amor a alguien que no era la mujer de mi vida, y ahora tenía que hacerle frente a eso que hice sin pensar.

Bajé del avión y caminé erguido completamente encapuchado y sin mirar a nadie para no ser reconocido, se suponía que yo no podía salir por los entrenamientos para la final, pero en cuanto se tratará de Solana yo era capaz de dejar el fútbol y dedicarme a jugar a la payana para vivir.

El viaje hasta mi casa duro lo que un pedo en el agua duraría y sabía que apenas cruzará la puerta, la tormenta se iba a desatar en mi casa. Las luces estaban prendidas y eran las 2 de la mañana, suspiré sabiendo lo que se me venía.

Apenas crucé la puerta las vi a las dos, Valentina y Serena estaban sentadas juntas en la isla de la cocina y yo dejé las llaves y la mochila en el living pensando en la cagada a pedo que me iban a dar.

— ¡Buenas noches!—La primera en abrir la boca fue Valentina y apreté los labios asintiendo.

—Ya sé, ya sé lo que me van a decir las dos, pero tuve un viaje de mierda y me quiero pegar una ducha—Me estaba por ir a la habitación y escuché a Serena sollozar.

— ¡Ves lo que te digo, Valen! Soy invisible para él, mientras ella este viva yo soy nada en su vida—Me dolió que ella pensará eso y bajé la mirada a la mitad de la escalera. Debía mi corazón y mi aliento a una mujer que estaba lejos de ser mía, pero eso no significaba que no quisiera a Serena. Ella me banco en todo momento, me contuvo e intentó sostenerme cuando pensé que me caía, y no podía ser así con ella.

Chasqueé con la lengua y bajé las escaleras decidido en hablarle—Me voy yendo—Valentina me vio y supo que se tenía que ir—Vos y yo vamos a hablar mañana—Me murmuró y nada más asentí—, pero ¿está bien?

—Sí, por lo que vi está bien—Apenas sonreí por respeto a Serena, pero quería abrazar a Valentina y festejar de que había despertado.

—Me alegró mucho. Ahora a arreglar esa cagada que te mandaste—Me apretó el hombro y se fue dejándome con Serena.

— ¿Te puedo decir una cosa?—Fue lo único que me salió de la boca y Serena ni siquiera se dio vuelta ni paró de llorar—Me alegra que no te hayas ido.

—Me tendría que haber ido a la mierda cuando me tuve que enterar ayer por tus compañeros que te fuiste a verla.

—Sere...—Quise tocarla y me corrió el brazo de golpe.

— ¿Por qué siempre está en el medio? ¿Tan poco soy para vos?—Se había roto en frente de mí con aquello que dijo, pero al instante negué con la cabeza acercándome. No podía ser una basura con ella, Serena había tenido sus cosas en el pasado, pero no podía echarle la culpa de todo porque fui bastante hijo de puta y ella seguía acá.

SATURNO // TERMINADA (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora