𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐩𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥.

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𝒀𝒐 𝒕𝒆 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒓𝒆́, 𝒎𝒆 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒓𝒂́𝒔. 𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂.

Lisandro había hecho unos tallarines con boloñesa que vio en una receta de Tik Tok y yo lo ayudé a poner la mesa una vez que la comida estuvo lista, era linda su visita. Cuando estuvimos juntos ni siquiera hacíamos tanto como ahora que estamos separados.

Ya estábamos comiendo y Lisandro no dejaba de mirarme fijamente hasta que fruncí el ceño sin dejar de masticar— ¿Qué tengo? un moco?—Pregunté tocándome, quizás si tenía algo.

— ¿Alguna vez te dije que fui un pelotudo por dejarte ir?

Rodé los ojos tragando los tallarines y tomé agua pasando lo que había comido para poder hablarle—Deja de decir boludeces, Lisandro.

— ¿No pensaste más en nosotros?—Seguía comiendo y yo sentí que se me quedaba atorada la pasta en la garganta por la pregunta.

— ¿A qué viene tu pregunta?

—Pasa que...—Apretó los labios dejando el tenedor de lado y suspiró, estaba nervioso—desde que me enteré de que habías estado a punto de morir, me puse a pensar que no tengo un buen recuerdo de vos—Fruncí el ceño porque yo tampoco tenía muy buenos recuerdos de él—Y me arrepiento mucho de lo que hice, no sé si se justifica lo que hice

—Para nada.

Sí lo interrumpí cuando tocó el tema de los buenos recuerdos que claramente no tenemos, porque si somos sinceros en algo; me duele no haber conocido la buena versión de Lisandro que era hoy en día.

—Por eso a veces me cuesta acercarme a vos, no digo que te extrañé. Siempre lo hago, pero en este caso es como una...—Alcé las cejas esperando que hablará y arrugó la nariz—Nada deja, sigamos comiendo—Volvió a agarrar su tenedor y yo chasqueé con la lengua por su reacción

—Siempre igual vos—Me mordí el labio inferior negando con la cabeza y él se puso un poco rojo.

— ¿Igual de qué?—Juntó las cejas mientras me preguntaba y yo me atreví a decírselo.

—Igual de cagón.

—Da Solana, sé que no te importa nada de lo que te diga si seguís pensando en Enzo—Había rodado los ojos apenas lo dijo y yo me quedé pensando en eso. Quizás Lisandro se había sentido un poco dejado de lado desde que empecé a sentir cosas fuertes por Enzo, pero nada lo justificaba.

—Enzo se va a casar, Lisandro. Para mí ya se murió.

— ¿Estás segura?—El tono de pregunta era como si me estuviera retando a ver hasta donde llegaba mi fidelidad a mi propia palabra y dejé de comer para mirarlo.

—Si.

—Y sí mañana viene y te dice que la dejó y que se quiere casar con vos ¿qué haces?—Se estaba metiendo con un tema que pensé que no tocaría y fruncí el ceño negando con la cabeza.

—Le digo que no.

Él se sonrió burlonamente y negó con la cabeza—No te creo.

—No me creas—Seguí comiendo porque la verdad que seguirle el juego a Lisandro me estaba cansando.

—No te creo porque hasta cuando estabas conmigo pensabas en él, siempre fui la quinta pata del gato.

Y como lo sospechaba, a Lisandro le molestó mucho que me enamorará más de Enzo que de él.

—Vos sabes bien que yo si me enamoré de vos y no pensé en él en el momento que estábamos juntos—Lo miré como si buscará esa sensación que sentimos cuando estábamos juntos, él sabía y yo sabía las cosas que pasaron y cómo nos quisimos. Mal, pero nos quisimos.

SATURNO // TERMINADA (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora