Capítulo 37: Malicia

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Antes de empezar con el capítulo, les recuerdo que me sigan en mi insta malusantiago_03, ahí estaré haciendo Q&A del libro y compartiendo detalles exclusivos de la guia ilustrada. Cuando lean esto, ya habré publicado los primeros vistazos de Lilith c: despues de que ayer publiqué los de Aysel.

ADVERTENCIA. Este capítulo toca temas sensibles para ciertas personas. El autor no busca ofender a dichos sectores. Se recomienda discreción. 

MaliciaIntención encubierta con que se dice o hace una cosa para beneficiarse en algo o perjudicar a alguien.

20 de Mayo de 2022 9:15 pm, Ciudad de México.

Aysel Ferrara Ávila.

Prefería haberse quedado en casa admirando el pequeño rostro de Levana mientras dormía, cuidar de ella, cantarle canciones y apaciguar su llanto cuando despertaba por algún inconveniente. Pero no hubo vuelta atrás cuando abordó el coche después de que su equipo de relaciones públicas sugirió una aparición en público qué mostrara su relación fuerte y les diera algo de qué hablar a los periódicos qué no fueran los cargos por los que la fiscalía había comenzado a investigarlas.

El pánico comenzó a apoderarse de su cuerpo a medida que el auto se acercaba a la entrada principal del hotel, cuyo lobby estaba repleto de periodistas cuyo interés estaba más enfocado en conseguir una foto de calidad de la pareja del momento en lugar del contenido de la conferencia qué se llevaría a cabo esa noche. El auto se detuvo en la entrada y las cámaras apuntaron hacia los cristales polarizados esperando la revelación final.

Sin aliento, consumida por los nervios y con la ansiedad social cobrándole factura, Aysel miró a Lilith a su lado con una expresión de terror. Sabía que la prensa podía ser cruel y encontrarse lejos de su hija mientras una amenaza estaba latente en su vida, no ayudaba a su ansiedad acostumbrada que se disparó hasta los cielos. Romanov lo notó al instante, envolviendo con sus manos tibias su rostro. Su tacto suave y cálido le regresó la calidez y el valor del que carecía.

—¿Estás bien, amor? —se aproximó a ella notoriamente preocupada.

El escolta bajó del auto para abrirles la puerta, pero antes de que él la abriera más allá de dos centímetros, Lilith la cerró de golpe. No iban a bajar si Aysel no estaba bien. La oyó gritar algo en ruso con un tono molesto y posteriormente los escoltas se tensaron de pies a cabeza. Su mirada se suavizó al retornar a ella, esperando una sola señal.

—¿Puedes ir primero? —preguntó insegura.

—Claro, no tengo problema —contestó cambiando de posición para ser ella quien descendiera primero.

Cambiaron de lugar con dificultad por el espacio reducido. El aroma de su perfume llegó hasta su nariz como un suave deleite del perfume que le quedaba tan bien a su esposa. Adictivo, dulce y suave, su aroma se impregnó en cada poro de su piel, dominando la razón y el miedo. Cuando la rubia puso un pie fuera, las cámaras se alistaron y los flashes comenzaron a bañarla por completo. La luz delineó su silueta entallada en el vestido negro de esa noche. Los destellos la hacían ver tan irreal y única que Aysel genuinamente se preguntó si estaba siendo testigo de divinidad de una diosa.

Su mano se extendió en su dirección con firmeza, ofreciéndole apoyo de una forma silenciosa. La tentadora seguridad en la punta de sus dedos y la devoción impresa en sus pupilas expandidas al verla ahí, luciendo un traje hecho a la medida con un escote que lucía el collar de su pecho y una falda del tamaño de sus muslos anchos. Su tacto colisionó con el suyo, una descarga eléctrica recayó sobre su columna y la ansiedad se fue, solo estaban ellas y un solo camino qué seguir.

RENESSANS | Segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora