Pesadillas ¿o recuerdos?

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Ataru caminaba, no, más bien, se arrastraba de manera vertical y con las plantas en la tierra por lo que parecía que caminaba. Se sentía más débil que nunca y sus extremidades pesaban de una manera en que era difícil moverse; tuvo el fugaz deseo de también poder volar para llegar con rapidez a casa.

El camino nunca antes le había parecido tan largo y el maletín escolar pronto le pareció un estorbo por lo que tuvo que tirarlo a mitad de camino, igualmente no es que en realidad trajera útiles dentro.

-Ataru- escuchó que una voz masculina lo llamaba

Era Kosuke que lo saludaba alegremente pero con algunas gotas de sudor en la frente que delataban que no era un saludo común y corriente.

Ataru, nada dispuesto a seguir perdiendo energía en vanalidades lo saludó con un ligero movimiento de cabeza mientras seguía su lentísima travesía.

-Ataru ¿estás bien?- preguntó Kosuke mientras ajustaba su paso al de su amigo

-Sí, ahora voy a casa

Ataru no tenía apetito para otra intervención de moralidad de parte de nadie, especialmente del que consideraba su único amigo normal. Se preguntaba si Kosuke también quería perseguirlo para darle una reprimenda.

-¿necesitas que te lleve?

Ataru pensó que no era tan mala idea, Kosuke era mucho más alto que él y podría cargarlo hasta su casa y llegar con mayor rapidez, incluso podía usar eso a su favor con Lum... "NO" se respondió Ataru mentalmente cuando cayó en cuenta de su manipuladora idea por preocuparla y hacer que su enojo se disipara.

"No juegues sucio esta vez" se dijo mentalmente sintiéndose culpable por su idea, no podía evitar la manera en que su mente creaba con rapidez estrategias de escape constantemente, desde un escape totalmente físico y real como huir de los brazos de Lum hasta escapes psíquicos que constaban de maniobras mentales que eran dignas de las mentes más perturbadas.

"Deberían estudiarme en un centro de psicología" pensó después de escuchar de los labios de su primera chica aspectos tan retorcidos de su mente que si bien conocía, hacía un esfuerzo gigantesco por depositarlo en el cajón más lejano de sus pensamientos, lográndolo de hecho exitosamente casi todo el tiempo hasta ahora.

-Eh Ataru- habló de nuevo Kosuke- ¿quieres que te lleve o no?

-Únicamente hasta la puerta de mi casa ¿vale?- no podía mentirse, a su ritmo actual iba a tardar hasta el anochecer por llegar a su casa por lo que una mano amiga no venía mal en este momento, únicamente deseaba que el camino fuera en silencio.

El camino no fue silencioso, empero, tampoco incómodo dado que Kosuke hablaba animadamente de temas variados, el manga publicado en la semana, las horribles clases de Onsen, el encuentro fugaz que tuvo con su ex novia. Ataru recordaba bien a esa ex novia de Kosuke pues habían salido en una ocasión en una cita doble, se preguntaba qué llevó a su amigo a formalizar con alguien como ella.

-Listo amigo- mencionó Kosuke mientras depositaba a un debilitado Ataru al pie de la puerta principal de su casa

-Muchas gracias Kosuke, mmmm perdona por no invitarte pero...

-Ni lo menciones- se despidió su amigo- sé lo que te espera dentro- mencionó alejándose mientras se despedía con la mano

Ataru tragó saliva mientras abría la puerta, depositaba sus zapatos y con una voz mucho más débil de lo que se propuso inicialmente, anunció su llegada.

-Ataru, estás en casa, preparé Curry, tu plato está en la mesa

La voz lejana de su madre en la cocina lo recibía pero no había rastro de Lum, al menos no en la planta baja de la casa

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora