Segundo intento

224 22 23
                                    

Ataru sostenía aún a Ten soportando el dolor de sus brazos entumecidos, afortunadamente había dejado de resistirse y de hecho también participaba en la presión corporal entre ellos probablemente encontrando no alivio en ello porque no había manera de sentirse aliviado en este contexto, más bien, contenido.

-¿Puedo ver a mi papá?- preguntó Ten con una voz algo robotizada

Ataru no respondió y buscó con su mirada al padre de Lum que asintió lentamente tomando por la cintura a su conmovida esposa que también se encontraba afectada por el estado mental de su único sobrino.

-Lum y yo te llevaremos- respondió Ataru mientras el Rey Oki presionaba un botón del ¿reloj de mano? amarillo y atigrado que ahora que lo analizaba, tenían todos los presentes en el lugar menos él y Lum.

- Está bien- respondió Ten con sus ojos sin brillo alguno

El Rey Oki se retiró algunos metros para mediante su reloj ,que en realidad era un complejo aparato tecnológico de comunicación, dar instrucciones pertinentes para la llegada de Ten a terapia intensiva.

Lum, caminando de manera pausada para no quebrar la atmósfera tan especial creada alrededor de Ten y Ataru se dirigió a su padre con voz silenciosa

-Necesitan separar las camas, Ten chan no puede ver...

-Ya ordené lo necesario para que Ten pueda ver a su padre en una sala de terapia intrensiva, podrá tocarlo si así lo desea siempre y cuando se mantenga en el traje de seguridad

Lum asintió y se preguntó si lo único que necesitaba su padre para cambiar de opinión respecto a "volver un hombre" a Ten era la intervención de Ataru; esto la hizo reflexionar sobre el poder que podía tener el mando de un varón sobre otro varón incluso cuando había una jerarquía por en medio.

La princesa abrazó a su madre mientras le susurraba en el oído "Mami, todo estará bien" y retornaba al lado de Ataru iniciando juntos el camino hacia la terapia intensiva.

Al llegar al piso pudieron notar que los dos primeros soldados que los recibieron se encontraban escoltando la primera puerta donde antes estaban ambos padres de Ten; les indicaron que entraran por la segunda puerta y que todo estaba listo para que Ten pudiera ver a su padre.

Lum con los nervios de punta ayudó al robot a vestir a Ten que parecía de pronto demasiado pasivo, dejándose hacer por las manos robóticas con el rostro estacionado en un aplanamiento emocional constante.

Ataru, listo para enfrentarse de nuevo al horror de ver al tío de Lum llegó antes que ellos a la sala, asomándose nuevamente a la cama tratando de averiguar qué tipo de hombre era el padre de Ten, para su sorpresa su rostro estaba abismalmente distinto al de hace apenas una hora, seguramente debido a la tecnología de recuperación oni.

Ahora que podía ver sus rasgos con claridad pudo distinguir que no era un chico mucho mayor que él, lo cual era lógico recordando que la madre de Ten no aparentaba más de 23 años. Se preguntaba qué clase de hombre era y por qué él y su esposa habían decidido darle tanta prioridad a su trabajo por encima de la crianza de Ten.

Lum con Ten en brazos entró a la sala aproximándose cuidadosamente aún dudando de que su primo fuera capaz de ver a su tío de esa forma. La mirada tranquilizante de Ataru le dio los ánimos para acercarse totalmente.

Ten, en silencio examinó a detalle el tullido y herido cuerpo de su padre, sus ojos sin brillo aún comenzaron a soltar lágrimas silenciosas mientras aún por encima de sus estorbosos trajes Lum acariciaba su espalda.

En la habitación había un médico con ellos, dándoles el espacio necesario para la interacción mientras que sus tres colegas permanecieron con la madre de Ten por su estado tan crítico.

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora