Pureza

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Shutaro Mendo despertó a las 4 am como era de costumbre, se levantó y dirigió a su gimnasio particular, escuchó de su asistente digital sus pendientes del día mientras decidía correr en la banda por una hora mientras uno de sus hombres le pasaba con cuidado documentos que leía aún en su ejercicio. Después de eso, se bañó y preparó para iniciar todo su itinerario, comenzando por visitar Sieatku que era un invitado del ala norte desde el momento que regresaron de Gut; había desarrollado una gran amistad con su abuelo y su padre, por lo que era normal encontrarlos en medio de charlas que eran tan interesantes que el joven heredero también optaba por quedarse.

-Shutaro san- saludó Sieatku que estaba mirando el amanecer con una taza de té en una de sus extremidades- qué gusto encontrarte aquí

- Sieatku san ¿estás pasando una buena mañana? ¿hay algo que necesites?

-Todo está excelente- confirmó con una sonrisa- la atención de sus padres y su abuelo es increíble, tenía décadas que no tenía un espacio de tranquilidad con personas tan agradables.

-Me alegro escuchar eso- contestó mientras ambos caminaban por los pasillos

Después de regresar a la Tierra y luego de enterarse del atentado en el palacio en Oniboshi, Shutaro decidió invitar al capitán a quedarse en su mansión, ya que aunque podía regresar a su planeta, iba a encontrárselo vacío ya que los 50 seres únicos de su raza eran todos guerreros que vivían actualmente en el planeta natal de Lum, descubriendo con impacto que estaban en peligro de extinción y que todos ellos vivían un peculiar hermafroditismo que dejaba una cortísima ventana de fertilidad cada 20 años.

-Shutaro san ¿has podido hablar con la princesa y su consorte?

-Casi diario- informó

-Cierto, a veces olvido que eres muy amigo de ambos, pero lo que quería preguntar es si conoce su nuevo plan de entrenamiento

-Lo conozco, a veces hablo con ellos después de que entrenan, si me lo preguntan, creo que quizás los están llevando a su límite- confesó mientras recordaba que en varias llamadas sus amigos se quedaban dormidos cediendo al agotamiento.

-Quería hablar  justamente sobre eso ¿hay alguna manera en que yo pueda darles mi clase de manera remota? No me basta con el reloj comunicador ya que necesito mostrarles algunos movimientos

-Haré todo lo posible porque pueda ser una realidad- prometió- incluso podemos usar la nave de la señorita Ran

-De acuerdo, mi nave es tan pequeña que no cuenta con un sistema de comunicación de este tipo- reconoció- entonces quedo a la espera- se despidió conociendo de las múltiples ocupaciones del joven representante

Mendo se dirigió al ala sur del enorme terreno, tomando en el camino una termo de café que era ofrecido por su mayordomo principal mientras miraba su reloj que también indicaba la hora. Con alivio, descubrió que entrar en los territorios de su hermana no significaba ahora un peligro, dado que de manera sorprendente, parecía que Ryoko había encontrado un alma gemela en Ran, dejándola en muy poco tiempo por arriba de sus amigas del colegio.

Ryoko y Ran tenían pijamadas diarias donde compartían tanto aquellos aspectos obsesivos de sus enamoramientos, como también los secretos mejor guardados de magia oscura para sus retorcidos e infantiles planes. Shutaro nunca pensó que podría existir alguien que igualara la tétrica personalidad de su hermana, al menos no alguien en la Tierra, aunque sí en un planeta lejano. La nueva amistad mantenía a la menor de los Mendo feliz y ocupada, aprendiendo de Ran que era un poco mayor, todo lo que podía.

-Ran san- saludó al verla sentada en la mesa del comedor- ¿cómo te sientes esta mañana?

-Increíble oni sama- le dirigió una sonrisa- hoy no tengo síntomas.

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora