Una historia

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Ataru esquivó con facilidad un zarpazo de Rei que convertido en bestia lo atacaba como parte de su entrenamiento, aunque en realidad no tenía intención de lastimar a su futuro rey y hacerlo equivaldría a un deshonor y castigo real impresionante, sí estaba haciendo lo aconsejado por Benten, que era intentarlo llevar a su límite pues en estas condiciones extremas, eran cuando el hombre parecía sacar ese potencial asombroso. El traje fabricado por el emperador de la tecnología, ayudaba a que las habilidades también pudieran igualarse en su propio estilo al de un oponente de gama media.

Nadie esperaba que Ataru o Lum se convirtieran en feroces guerreros, para ello tenían un compendio de fieles ejércitos protegiéndolos, sin embargo, sí esperaban que llegaran al nivel de los reyes que aunque eran nobles, tenían la capacidad para participar en eventos bélicos reales por decisión propia; los onis eran muy orgullosos, aunque por ley, nadie obligaba al rey y a la reina a pelear codo a codo junto con su gente, ellos lo habían hecho en el pasado con convicción absoluta.

Durante el entrenamiento con su madre, Lum aprendió que lo que hasta ahora conocía y usaba sobre su electricidad quedaba corto con lo que su madre le mostró con su ejemplo; la reina podía generar descargas mucho más poderosas que las de su hija, incluso de distintos colores que anunció que representaban la carga eléctrica presente. La reina también le había enseñado, dejando a su hija boquiabierta, que era posible generar entre sus manos un orbe gigantesco y destructivo de electricidad,  generándolo con impresionante sencillez que hizo pensar a su hija que era tarea sencilla; para su desfortuna, después de horas apenas podía lograr algo que parecía una pelota de golf amorfa entre sus dedos.

Lum traía puesto su traje de batalla, este era también conductor de electricidad y funcionaba como un recargador personalizado para la chica, aumentando también de manera considerable el voltaje a un nivel en que la única que podía acercarse a ella mientras lo traía puesto y entrenaba era su madre y Ataru, este último, únicamente porque le había pedido en una de sus videollamadas a Raam que por favor añadiera a su traje algo que le hiciera posible estar al lado de su prometida. Aunque el adolescente tuvo problemas para conseguir su petición dado las características del traje, pudo conseguirlo con éxito.

El traje de Ataru, modelado 100% en base a su genética,  consideraba tanto las partes humanas como en las onis, porque el emperador, con un análisis a profundidad de su muestra de adn, pudo revelar que aunque en su mayoría eran genes destinados a la relación de pareja, había un par más que podían ayudar a las características ninjutsu que el traje poseía. Aunque Ataru conocía a la perfección todos los artefactos ocultos de su traje, continuaba en un estilo defensivo eterno, esto era algo reclamado por Benten que le pedía que atacara con alguno de sus nuevos objetos a Rei, argumentando que este lo soportaría.

Ataru había asegurado que no haría eso, las razones eran tan variadas que no las explicaría frente a la capitana, porque además, esto significaba hablar en voz alta de una parte de su trauma que lo había condicionado para defenderse pero nunca para ejecutar algo en contra de su atacante, porque ese primer atacante fue su madre, y no había manera en que de niño pudiera imaginarse respondiendo a sus violencias. Otra razón por la cual se negaba era porque por más que le jodiera que Rei hubiera realizado actividades sexuales con Lum, en realidad no era un mal tipo, le llamaba casi cada dos días a Ran mientras comprobaba con monosílabos que su hijo no nacido estuviera bien.

Para finalizar, Ataru no estaba teniendo problemas para hacerle frente a Rei simplemente con sus reflejos, velocidad y capacidades fortalecidas que lo convertían en casi todo momento en una mancha negra que aparecía y desaparecía dejando al oni bestia a veces con los ojos rodando por la confusión y en ocasiones por la sorpresa y un atisbo de risa cuando creía tomarlo en sus manos y el clon de este desaparecía incluso con una mueca graciosa que hacía que hasta Benten tuviera que tragarse la carcajada; ninguno de los aliens habían visto algo tan ridículo e impresionante como el estilo de pelea de Ataru.

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora