El capitán Sieatku

142 14 34
                                    

-Preparen todo para el aterrizaje de Sieatku san- ordenó Mendo a sus sirvientes mientras miraba por la ventana a lo lejos llegar una nave muy distinta a las que había visto con anterioridad de todas sus aventuras espaciales

Pequeña, negra, con forma elipsoide, parecía tener espacio para máximo 5 personas; informó por medio del reloj a Ataru que se reuniría en estos momentos con el capitán para después partir a Gut. Después de terminar la comunicación, salió a recibir al ser con el que ya había compartido algunas pequeñas charlas, descubriendo con algo parecido a la admiración que aquel capitán era más experimentado de lo que parecían incluso Benten o Rei.

Sieatku le había contado brevemente que tenía cerca de 20 años comandando su ejercito y que recientemente se habían unido como grandes aliados del imperio oni, mucho más por amistad que por mandato, contándole que había combatido hombro con hombro con el padre de Lum en numerosos encuentros; Shutaro quiso saber su edad verdadera, empero, había sido educado de manera en que entendía que esto era irrespetuoso.

Durante los breves días que pasó en la Tierra, acomodando todo para su nueva partida, pudo hacerse a la idea de que tendría que ceder ante su fobia con Sieatku que en realidad, le parecía todo un caballero con una inteligencia y sabiduría que genuinamente lo hacía admirarlo al punto en que su aspecto perdió relevancia, sintiendo pronto que estaba hablando con una figura enorme que lo dejaba a él como indigno.

-Shutaro san- saludó con una reverencia que fue correspondida

- Sieatku san ¿tuvo problemas para llegar a la Tierra?

-En lo absoluto- dijo mientras se desplazaba hasta su lado- por favor no me hables de usted, recién estoy acosumbrándome a sentirme viejo

-Será como tú te sientas cómodo- dijo mientras lo dirigía hacia dentro de la mansión, comprobando que todos sus hombres tuvieran una expresión amable, alertándolos con anticipación sobre el feroz aspecto de su invitado.

Llegaron a una amplia sala vacía que fue preparada de acuerdo a la solicitud del capitán que no quiso revelar su poder hasta que pudiera encontrarse con el hombre.

-Shutaro san, te pido una disculpa por no haberte contado por medio de la comunicación del imperio sobre mis habilidades, es una imposición racial el no revelar nuestros secretos.

-Pierde cuidado Sieatku san, lo entiendo perfectamente, yo tampoco voy por la vida contando todos los movimientos políticos y económicos que posicionaron a mi familia como una de las más 5 poderosas del planeta- Shutaro dijo eso sin pensarlo, pero tampoco se encontró arrepentido, al comprobar una sonrisa cómplice en su compañero.

-Shutaro san, nuestra habilidad es difícil de describir, también tenemos una reserva con las descripciones así que te pregunto ¿confías en mi?

Mendo vio al enorme ser que medía más de dos metros, cada parte de su anatomía era amenazante y estaba seguro de que si él así lo quería, podía destrozarlo con un sencillo movimiento.

-Sin duda- contestó al instante, desconociendo que estaba frente a alguien que cambiaría su vida para siempre.

-Entonces- comenzó mientras sus ojos se tornaban rojos- no te resistas a nada de lo que sentirás a continuación.

Sieatku de un rapido movimiento atravesó el cuerpo de Mendo que con asombro descubrió que no sangraba ni tenía lesión alguna, impresionado buscó al protagonista de ese ¿ataque? sin encontrarlo. Prontó, comenzó a sentir un enorme dolor de cabeza que lo hizo caer de rodillas, una sensación espantosa se apoderaba de su cuerpo sudoroso al borde de la convulsión.

"Shutaro san, no te resistas" la voz de Sieatku estaba en su cabeza, por lo que haciendo un esfuerzo descomunal, cedió ante las turbulentas sensaciones de su cuerpo acostumbrándose a ser parasitado y controlado por algo mucho más  grande que él.

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora