La familia real

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Microsegundos después de su breve pérdida de conciencia Ataru se forzó a sí mismo a regresar ¿de dónde? Del mismísimo infierno  que existía en su mente, mucho peor que los recientes traumas descubiertos, mucho peor que su madre odiándolo desde que nació, mucho peor que ESO, mucho peor que cualquier cosa que pudiera existir.

Tenía que regresar, sabía que las piernas de Lum aún no respondían y ella dependía enteramente de él para no caer en sentido literal pero también figurativo.

"No puedes seguir fallando"

Descubrió de pronto el verdadero significado de lo que muchos describían como "el túnel al final de la vida", ese cursi momento en que un ser humano idiota que había desperdiciado su vida recordaba a manera de película cada momento que le hacía pensar que había valido la pena vivirla.

"¿Las personas no pasan por esto momentos antes de morir?"

Lo que para muchos moribundos resultaba una película digna de Disney, para Ataru significó una tortura  al estilo de Clockwork Orange, como si una fuerza invisible lo forzara a mirar la tétrica película de su vida, jalando sus párpados y ojeras de manera brusca con metales oxidados que lo quemaban hasta casi dejar libres por completo los globos oculares enrojecidos que eran forzados a mirar su espantosa narrativa.

¿Qué es lo que realmente veía? ¿Qué había al final de ese túnel?

"¿Estoy muriendo?" Se preguntó Ataru sabiendo que no obtendría respuesta clara

La película de su vida, repleta de decepciones y fracasos se representaba ante sus ojos con actores mal pagados, algunos de ellos con ridículas pelucas y trajes de plástico.

"Esta no es mi vida, al menos no mi vida completa, no la que quiero"

"Me niego a aceptarlo"

Ataru parpadeó rápidamente intentando retornar por completo y volver con Lum que en ese momento se encontraba esperando una reacción de Ataru pues el blackout del chico sucedía de manera casi invisible para la oni.

Cuando fue capaz de fijar su mirada sin sentir que se mareaba, lo cual para Lum fueron segundos, Ataru aprovechó para hacer la mayor confesión que podía en este momento: el menos romántico, el más horrible, desesperante, pero probablemente el más adecuado

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó atento mirando finamente a los ojos a Lum que captó su mensaje de manera inmediata

-Aún no tenemos certeza de que haya sido un ataque, simplemente las condiciones del "accidente" son muy extrañas, especialmente cuando pudo dejar casi muertos a dos bomberos espaciales entrenados para reaccionar y sobrevivir.

Ataru, notando que aún tenía varios espacios en blanco en los enunciados pertinentes pidió a Lum que le explicara todo lo que había sucedido.

Lum le contó que aquel día después de la pelea aunque sí se disponía a tener una fuerte conversación con Ataru y darle su merecido castigo, un mensajero real robotizado espacial la sorprendió en la puerta del balcón preocupándola de ipso facto al saber que su padre jamás se comunicaría de esa manera si no fuera una real emergencia.

Lo que siguió en el curso de los siguientes días fue muy complicado para ella de explicar pero los sentidos agudizados de Ataru lo pudieron entender y resumir en básicamente tres puntos:

-Shock inicial familiar
-Análisis de la evidencia
-Estado de emergencia

Ataru sabía más bien poco de la familia de Lum, del planeta de Lum e incluso de la vida pasada de Lum antes de llegar a la tierra. Esto lo hizo sentir una pésima pareja y se reclamó nuevamente el haber sido tan idiota y egoísta,

Sabía que Lum era una princesa, sabía que Oniboshi era un planeta importante en el espacio y que estos se dedicaban a la conquista de otros planetas, eso los convertía no únicamente en la familia real de los onis sino en probablemente emperadores de al menos algunos sistemas solares.

Ataru sabía que su negativa a abordar con Lum con mayor atención su linaje se debía a su propia inseguridad al reconocerse tan poca cosa, tan común, tan poco importante. En la Tierra, no, en Japón, no, en Tomobiki, únicamente se le conocía por ser un fracaso y un mujeriego.

A Lum se le conocía por ser la hija del Rey ¿o emperador? Invader, eso sin mencionar la cantidad innumerable de talentos y joyas ocultas que la joven poseía. Con frecuencia se preguntaba por qué Lum se enamoró de él, era algo tan absurdo que pronto lo entendió como una particularidad más de su estúpida existencia, pero eso era darse demasiado valor.

Teniendo entre sus brazos a la mujer de su vida se decidió a dejar de preguntarse tantas cosas y comenzar a actuar como verdaderamente debía y quería.

De pronto Ataru recordó aquella charla con Shinobu que hoy parecía tan lejana

"Ataru, tú no puedes vivir sin Lum"

No podía estar más de acuerdo con su amiga, si tenía que encontrarse de nuevo ante ese túnel de película, esperaba que al menos en la proyección pudiera ver algo de lo cual enorgullecerse.

"Llegando al hospital real en menos de tres minutos"

La voz de la computadora de Lum habló sacando a la pareja de sus pensamientos propios

-¿Cómo están tus piernas?- preguntó Ataru

-Perfectas- respondió Lum mientras con las manos de Ataru aún sobre su cuerpo se puso en pie sintiéndose extrañamente más ligera

Ataru notó como su cabello se volvía un tono más arriba en la gama de azules, continuaba siendo pálido, casi blanco, pero ver ese cambio lo impulsó a mantenerse fuerte.

Lum se liberó suavemente de su agarre para ir a la cama de recuperación de Ten y cargarlo en su pecho mientras junto a Ataru se posicionaba en la puerta de la nave que se abría lentamente.

"Bienvenidos, Lum sama, Ataru sama, Ten sama"

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora