Su error

215 28 19
                                    

-No podemos permitir que Ten vea esto- murmuró Ataru con un hilo de voz

-Pienso lo mismo, pero mi padre insiste en hacer de Ten un hombre

-Pero no es un hombre, es un niño

Ataru tomó consciencia de lo que estaba diciendo, su mente viajando nuevamente al suceso de su madre obligándolo a desenterrar vidrios de su cuerpo, poniéndolo en constante riesgo con el argumento de "ser mayor" , lo suficientemente mayor para curar sus heridas y limpiar su sangre en silencio a partir de ese día cada que la violencia lo perseguía.

-Lum ¿cuántos años tiene Jariten?

Nunca se había preguntado por la edad de Ten pero además de lo obvio, era algo que le causa curiosidad a partir de recordar su propio cuerpo infantil en todas las etapas de trauma y reconocer que su apariencia era similar a la del niño oni únicamente antes de los dos años, pero Jariten no podía tener esa edad ¿o sí?

Lum le indicó que salieran lentamente de la sala para que los robots les quitaran aquellos trajes y les aplicaran las medidas pertinentes de seguridad y desinfección.

Ambos tomaron asiento en una pequeña sala frente a la puerta de la sala

-En años oni Ten chan tiene 2 años, en años humanos tiene 4

Ataru se mostró asombrado de que la diferencia entre años humanos y oni fuera tanta y que el aspecto físico de Ten no aparentara de ninguna manera el de un niño de cuatro años.

-¿por qué luce tan pequeño?

-Porque lo es, el desarrollo de un oni se focaliza especialmente y en la mayoría de los casos en la parte cognitiva, físicamente no evolucionamos de manera tan rápida como ustedes pero eso se explica debido a que al contrario de los humanos, no tuvimos que acelerar nuestros procesos biológicos por supervivencia; cuando un niño oni nace puede tener una apariencia de bebé por mucho tiempo y no correr ningún riesgo debido a nuestras habilidades , por el contrario, psicológica y neurológicamente evolucionamos con mayor rapidez dando resultado a bebés como Ten que en estándares humanos, parecen tener comportamientos de adultos.

Ataru estupefacto por la nueva información se preguntó cómo no le había parecido extraño que Ten fuera justamente eso, como un niño mucho más grande mentalmente aunque aún le pidiera a Lum a escondidas de él que le cambiara sus pañales cagados.

-¿cuántos años tienes tú?- preguntó Ataru sin reflexionarlo demasiado ya que siempre había asumido que ella tenía 17 años pero con esta nueva información temía estarse relacionado con una Lum de 15 años

-17 años oni, 19 años humanos- Lum se preguntó si Ataru se burlaría de este nuevo dato con alguna de sus bromas pesadas o llamándola vieja, sin embargo, pudo ver cómo se quedaba pensativo algunos momentos para después esbozar una ligera sonrisa

-¿Por qué no me habías dicho que eras más grande que yo, Lum?- preguntó sonriendo

Lum no podía descifrar si estaba al pie de una burla o de algo más por lo que contestó con sinceridad

-Nunca me lo preguntaste

Ataru de nuevo sintiéndose como una basura reconoció que no era el mejor de los novios con Lum y no se preocupaba por conocer más sobre ella, consideraba que conocía lo suficiente para estar a su lado; este suceso le demostraba lo equivocado que estaba, literalmente si algo le pasaba a Lum él no tenía idea del grupo sanguíneo al que pertenecía.

Por el contrario, Lum tenía de hecho un cuaderno donde anotaba cada uno de los aspectos importantes de Ataru de manera obsesiva, desde los médicos hasta sus gustos y hobbies.

-Lo lamento, no volverá a suceder

Ataru apretó levemente la mano de Lum que después de liberar una gran carga de oxitocina al compartir con Ataru algo tan íntimo como el trauma compartido de ver a sus tíos, se preguntó por primera ocasión por qué Ataru actuaba tan ¿bien?

-Darling ¿qué estuviste haciendo estos días?- preguntó en un tono que Ataru adivinó que podía convertirse pronto en grito

-Nada malo

Lum hizo una mueca de disgusto inspeccionando si en el rostro del ser amado aparecía de pronto su típica mueca de pervertido.

-No sé si creerte

-Créeme-murmuró Ataru- puedes preguntar a cualquier persona

-Decidiré creerte porque no tengo tiempo para eso- explicó poniendo pausa a los celos que constantemente la dominaban.

Ataru asintió y juntos ingresaron al elevador buscando regresar con los demás cuando a mitad del camino unos gritos desconsolados atravesaron sus tímpanos mientras la fuerza sonora del llanto de un traumatizado Ten atravesaba como si fuera una daga el corazón de ambos.

Ataru había escuchado múltiples veces el llanto de Ten en todas sus versiones: la versión manipuladora, la versión caprichosa, la versión chantajista, la versión pervertido es rechazado. Pero nunca había escuchado esto de su parte, un llanto a gritos que indicaba lo peor, que le hacía temer por el breve espacio de micro segundos en que un alarido seguía al otro.

Volando y corriendo la pareja llegó hasta la cafetería vacía donde los padres de Lum intentaban sin esfuerzo contener a un desquiciado Ten que no únicamente berreaba de tal forma en que temieron por sus cuerdas vocales, sino que lanzaba llamas, pateaba y golpeaba todo lo que estaba a su alrededor.

-Ten chan-gritó Lum sin efecto sobre el Ten cuya mente disociada se desmoronaba minuto a minuto

Lum quiso acercarse pero Ataru la detuvo firmemente

-No puedes ir ahí, te quemará

-No me importa- lloró Lum- si es necesario lo electrocutaré para tranquilizarlo

-Tampoco es buena idea- masculló Ataru

Recordando ESE trauma, recordando ESE primer ataque de pánico mucho más violento que el acontecido tres días atrás , Ataru pudo reconocer en Ten el dolor tan peculiar de un niño obligado a crecer de una manera en que no estaba prevista, de una manera en que su cerebro no podía soportar.

Ataru haciendo por primera vez uso de sus habilidades inhumanas pudo en dos segundos adelantarse a todos los demás adultos que intentaban acercarse sin éxito a Ten y tomarlo con fuerza como si de un balón se tratara y apretándolo fuertemente contra su tronco conteniéndolo contra su voluntad en su cuerpo.

Ten, aún disociado aventaba llamaradas de fuego y golpes en dirección al cuerpo de Ataru que no cedió ni por un milímetro insistiendo en su fuerte agarre sobre el menor, apretando quizás con un poco más de fuerza su pequeño cuerpo contra su abdomen endurecido.

Para sorpresa de todos, Ten comenzó a calmarse, aún llorando y aún golpeando pero en menor medida. Asombrados por la expresión firme y estoica del joven Ataru Moroboshi a pesar de las fuertes quemaduras en sus brazos.

-Darling- susurró Lum impresionada

Después de varios minutos en que los adultos contemplaron la manera magistral en que Ataru contenía a Ten pudieron escucharlo por primera vez hablar

-Ataru ¿viste a mi madre?- de nuevo la voz de Ten perdiendo la característica soberbia y sonando exactamente como un bebé

-Sí

-¿Debería verla?

El corazón de los presentes deteniéndose ante la impresionante y fluida conversación entre Ataru y Ten

-No

El Rey Oki admitiendo su error después de observar a su yerno, su error al haber pensado en alguna ocasión que su hija debía estar con alguien más, su error al haber pensado que aquel terrícola no era tan increíble como su hija creía, su error al pensar que no había tal amor en él que su hija veía y sobre todo, su error por pensar que no tenía lo necesario para gobernar al lado de su hija.

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora