Regreso al orígen

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-¿Qué miras?

Le tomó por sorpresa, estaba inmerso en una de sus actividades favoritas por la mañana, una que de alguna manera ya llevaba a cabo en su vida infantil y juvenil por medio de aquel pequeño balcón. Observaba con calma todo lo que sus ojos podían ver, obteniendo toda la información que le era posible, almacenado en un cerebro propicio a coleccionar detalles todo lo que era interesante.

-Nada- respondió como era su costumbre

Lum sonrió mientras le dejaba tranquilo por un rato más mientras ella se disponía a buscar las prendas adecuadas para el día en el amplio guardarropas que era de hecho, casi una habitación completa. Se habían mudado apenas hacía un mes y para su sorpresa, encontraron su nuevo hogar repleto de lujos y acomodaciones que los hicieron francamente avergonzarse.

Con la excusa de tratarse de un regalo de bodas, el rey Oki había sobrepasado, mejor dicho, triplicado el presupuesto que sus hijos tenían para su propio espacio. Accedieron finalmente, por agradecimiento y principalmente, porque notaron preciso aceptar todas sus solicitudes para contrarrestar sus berrinches guiados a quedarse más tiempo en el palacio.

No querían dejarlos ir, les propusieron en más de una ocasión instalarlos en otra área del palacio, una mucho más privada, sin embargo, supieron aceptar después de tanta insistencia el ímpetu de independencia de ambos. Ayudó también, la presencia de Oten y Ten quienes sí se quedarían en la casa real por tiempo indefinido.



En aquel intento por retomar su vida como era antes, pronto notaron las secuelas que se los impedía por completo, empero, cada día era valioso para descubrir que la resiliencia era natural, en ambos y que mientras estuvieran juntos, podían hacer frente casi a cualquier cosa.

Lum se puso su traje de invierno mientras Ataru, por fin, apartaba su visión del escenario completo de Oniboshi, uno que podía descubrir ahora de manera distinta, híbrida, como lo era el mismo. Cercana a los territorios reales pero también, ubicada en los inicios de la urbanidad, la casa de ambos, se encontraba en zonas intermedias que le permitía experimentar lo heterognéneo.

El timbre sonó de pronto, anunciando la llegada de aquellas a quien Lum esperaba.

-Yo abro- indicó Ataru mientras se dirigía a la entrada donde las amigas de su esposa ya estaban esperando

-¿Caminaste de rodillas hasta acá o por qué esa lentitud?- bramó Benten apenas cruzó el umbral- no me digas que estás perdiendo  la disciplina que a punto de ostias te metí

-Hola chicas- contestó sin hacer mayor caso a las provocaciones de su amiga

Oyuki lo recibió con su expresión indescifrable, como de costumbre, mientras que Ran le dirigía una pequeñísima sonrisa. Benten en cambio, quería seguir jugando.

-No has respondido mi pregunta ¿sigues en forma? – insistió con una ceja alzada- el inútil de Rei seguramente es mucho más laxo que yo

-Óyeme...-bufó Ran en el borde de la furia

-Chicas- interrumpió Lum con su llegada- qué gusto verlas

-Lum- se adelantó Oyuki hasta quedar frente a ella- ¿estarás bien en Neptuno?

-Te pasé hace tiempo mi carta de alta, estoy perfectamente lista para ir- le tranquilizó con una sonrisa- si no fuera así, créeme que Darling no dejaría que fuera

-Eso es verdad- murmuró tranquilizándose, el clima frío de su planeta, le preocupaba

Aunque se encontraba plenamente rehabilitada, no pudo recuperar el mismo tono que la caracterizaba, algo muy similar salía ahora de su boca y aunque no le causaba más dolor físico, si quedaba una molestia emocional. Todos procuraban omitir algún comentario respecto a su voz, al reconocerlo como un tema sensible para ella.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora