Los sucesores

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-Oten Luvk ha despertado- la voz de Azumi sonó en todos los relojes de comunicación importantes: los de la familia real y los de los capitanes generales

-Joder- decía Lum mientras casi le da un rodillazo en la cara a Ataru- joder- repitió mientras se intentaba levantar de la cama casi mandando a volar a su prometido con una patada

-Auch- se quejó siendo ignorado por la princesa que volaba con velocidad hacia la puerta

-Óyeme- se quejó con expresión fruncida- no piensas salir así ¿verdad?

Lum cayó en cuenta en que no tenía la parte inferior de su bikini y normalmente esto la hubiera hecho enrojecerse, pero en el estado de celeridad en el que se encontraba era incompatible con la vergüenza; regresó a buscar la prenda en la cama sin encontrarla, comenzando a perder los estribos pues lo que quería era ir ya con Ten y su tío.

-¿Dónde demonios lo dejaste?- gruñía desesperada mientras rebuscaba entre las sábanas

-Tranquilízate- le respondió igual de molesto, entendía la situación pero eso no excusaba la violencia con la que había cortado el momento- aquí está- se lo extendió malhumorado

-Bien- se lo puso con agilidad mientras tomaba a Ataru por los codos  para salir volando que refunfuñó en desacuerdo

-Que puedo correr, o ponerme mi cinturón- argumentó mientras era llevado por Lum

Ella lo ignoró mientras Benten los seguía por los amplios corredores, intentando ser igual de rápida que su amiga que se veía al borde de un colapso. Al llegar, Lum dejó a Ataru en el piso, encontrándose con que fuera de la habitación, estaban ya el rey y la reina, igual de ansiosos que sus hijos.

-¿Ten chan?- preguntó Lum preocupada y mordiendo sus labios

La respuesta la obtuvo cuando la puerta se abrió para mostrar a su primo berreando mientras dos médicos neptunianos intentaban sacarlo; no los quemaba porque aún se rehusaba a usar sus poderes, pero sí se resistía lo mejor que podía. Los adultos, sabían que parte del protocolo en caso de que Oten despertara, era primeramente hacer una exhaustiva revisión de su estado de salud, informarle sobre la muerte de su esposa y finalmente, reunirlo con Ten.

Durante el primer paso, los únicos permitidos eran los médicos, Zente, su equipo y Azumi, que era la destinada a dar aquella terrible noticia. No fue sorpresa que el niño hiciera tan descomunal berrinche pues apenas pudo ver que su padre despertaba para luego ser forzado a retirarse sin poder acercarse, sin poder hablarle. Los alaridos llamando a su padre,  Oten podía dejar de escucharlos en cuanto sacaron a su cría del lugar, ya que la habitación no permitía que se colaran los ruidos externos.

Los cuatro pensaron que tendrían que someter a Ten nuevamente ya que forcejeaba con los brazos de los médicos que estaban a punto de conseguir su cometido, sin embargo, no tuvieron que hacer ese último esfuerzo pues el niño despavorido cambió el rumbo de su actuar, presa de un dolor muy distinto pues ahora sabía que su padre estaba vivo y lo que más quería era estar con él. Aún en llanto, voló directo hacia la familia real, todos pensaron que se refugiaría en los brazos de su prima, pero increíblemente, escogió a Ataru.

Ataru se quedó confundido por unos segundos mientras el pequeño niño que era realmente un bebé con una mentalidad más madura, se aferraba a su camisa, empapando la tela; aunque su relación era bastante buena y cercana, no había llegado al punto en que se abrazaran como lo hacía con Lum, esto por lo orgullosos de ambos. No lo pensó más y lo rodeó con sus brazos, pegándolo más a su cuerpo; Ten continuó en sus sollozos mientras Lum también los abrazaba a los dos, quedando el niño entre ambos como la familia que siempre habían sido.

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora