Capítulo 5

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Manuela: Pela - Habló en voz baja.

Peter: Dime nena - Levantó la cabeza y me miró.

Manuela: tengo hambre.

Peter: Ya estamos de camino a casa. Voy a ayudar a Lali, ¿vale? Pero tendrás que quedarte en el suelo un rato.

Manuela: Sí. - Se frotó los ojos con el dorso de la mano y la puse en el suelo.

Lali: ¿Qué sabor te gusta? - Ella se volvió hacia mí.

Peter: ¿Sabor de qué?

Lali: Condón.

Peter: No lo sé, no follo con chicos.

Lali: ¿Qué sabor? - Me miró ignorando el comentario anterior.

Peter: Fresa, menta, lo que sea. Cualquiera. Como te dije, no me acuesto con chicos, Manu, no te apartes de mi lado.

Cajero: Ah, ¿tu hija?

Lali: ¿Qué? - Ella se rió y miró la caja.

Cajero: ¿La niña es tu hija? Ella se parece mucho a ti. Tiene el color de tus ojos.

Lali: No - Volvió a reír avergonzada - Es mi hermana.

Peter: Nuestra hermana en realidad.

Cajero: Ah, Perdón.

Peter: no hay problema. - Sonríe torpemente.

Lali: Tutti-fruti, menta y fresa - Ella me mostró.

Peter: A Victorio le gustará.

Lali: ¿Tú crees? Prefiero las saladas, son mucho mejores.

Peter: Después le preguntaré cómo te fue - me reí.

Manuela: Lali ¿qué es esto? Señaló los condones.

Lali: Peter - Me miró asustada.

Peter: Es algo que la señorita ahora no sabrá qué es.

Manuela: ¿por qué?

Peter: Porque eres demasiado joven para saberlo.

Manuela: no lo soy. Tengo... - Contó cuatro dedos de la mano - tres años.

Lali: ¿Cuatro dedos, Manu? - Ella rió.

Manuela: Déjame, Láh - Me miró.

Peter: Ustedes dos son iguales - sonreí.

Caja: Todo es cincuenta y siete ¿Algo mas?

Peter: Toma - Tomé los condones de la mano de Lali y le entregué la caja.

Lali: Pete...

Peter: Shh. Para que no digas que nunca te di nada.

Lali: Idiota.

Peter: Yo también te amo - La abracé y besé su mejilla.

Compramos todo lo que teníamos para comprar y acabamos yendo a un videoclub a alquilarle una película a Manu, quien eligió una película de Barbie. Sí, por mi hermana pequeña haría eso. Cuando llegamos a casa, Mariana aceptó increíblemente la invitación de ver la película con nosotros y se quedó allí sin su computadora portátil. Yo me senté a un lado, Manu en el medio y Mariana al otro. Cuando todavía estaba en los créditos iniciales ya estaba dormido. No podía soportar ver una muñeca persiguiendo a un pony azul. En mitad de la película Manuela se quedó dormida en el regazo de Mariana, quien la llevó a su habitación para dormir tranquilamente.

Lali: ¿Quieres ver el otro?

Peter: ¿Cuál?

Lali: Casi ilegal.

Peter: Tengo un don para alquilar estas películas que hacen películas porno, nunca las había visto en mi vida.

Lali: Si no quieres podemos seguir viendo Barbie.

Peter: No, cualquier cosa es mejor que eso. ¿Qué tienes en mente para que te guste esto?

lali: No me gusta. A tu hermana a quien le gusta. Cuando me gustaba, jugabas con un carrito.

Peter: Siéntate aquí a mi lado. - Llamé al sofá y ella vino hacia mí y se sentó.

Lali: Nunca pensé en pasar este momento contigo.

Peter: Y no habrá otro. Mañana volverás a tu vida de bruja.

Lali: Ignoraré tu comentario.

No soy un gran admirador de ver películas ligeramente pornográficas. Mucho más con una mujer, perdón señor, mucho más con una mujer caliente como mi hermana, y mucho más con mi hermana. Cuando la película ya iba por la mitad, sentí que algo se aclaraba un poco abajo. Y ella lo notó. Ella se rió entre dientes y trató de no mirar. Pero vi las miradas de reojo que ella daba de vez en cuando.

Peter: ¿Quieres dejar de mirar?

Lali: Hola? ¿Qué? - Tosió y se rió.

Peter: Sé que entendiste mi situación.

Lali: ¿Qué situación? - Ella rió.

Pedro: Sabes muy bien de lo que estoy hablando.

Lali: Peter ¿Rochi no te lo hizo tan bien para que te emociones con una película? - Ella me miró.

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