Agus: Ahora que estás más tranquila dime ¿qué pasa mi reina?Lali: ¿Por qué me dejaste hacer todo eso? Agus, no pude.
Agus: Intenté detenerte, pero no me escuchaste. Nunca me escuchas.
Lali: Agus – Me senté en la cama – Siento algo diferente.
Agús: ¿Qué?
Lali: Aquí – coloqué mi mano sobre mi corazón – No tengo control sobre mis acciones, cuando…
Agus: Cuando?
Lali: Cuando peter está cerca de mí.
Agus: ¿Cómo te sientes?
Lali: Pierdo el hambre, me sudan las manos, me pongo nerviosa, se me acelera el corazón y me siento totalmente entregada a él.
Agus: Sabes, Lali? – se rió en el rincón -, descubrir que estás enamorada no es lo mismo que una prueba de embarazo. No podemos simplemente ir a la farmacia de la esquina y comprar una prueba.
Lali: Nunca me había sentido así, Agus.
Agus: ¿Qué sientes por Maxi?
Lali: Lástima – me miró riendo – Porque no se merece lo que le hice.
Agus: ¿Qué sientes por Vico?
Lali: Siento un cariño enorme por él. Es como si fuera mi hermano.
Agus: Me confundes – se rió – Pareces una niña y te estoy explicando cómo hacer sexo.
Lali: Eso creo que ya lo sé – me reí, sin entusiasmo.
Agus: Sólo quiero decirte algo. Esto es muy serio.
Lali: ¿Qué?
Agus: Te has enamorado de tu hermano.
Lali: No sé si estoy enamorada de él.
Agus: ¿Eh? - El me miró.
Lali: Está bien, lo estoy. Pero no se lo diré. Somos hermanos. Como dijiste, esto es serio.
Agus: Mi reina – miró la hora en su reloj -, ¿te importa si me voy? Realmente necesito irme.
Lali: No Agus, puedes irte. Incluso porque creo que mi madre llegará pronto y la pelea será mala.
Agus: Sabes que siempre puedes contar conmigo, ¿no?
Lali: Lo sé – sonreí esta vez de verdad – Te quiero mucho, mucho, mucho. Y soy la persona más afortunada del mundo por tenerte como mi mejor amigo – Lo abracé fuerte.
Agus: Yo también te amo, Lali.
Lali: Voy al cuarto de Peter, ya sabes el camino ¿no?
Agus: Puedes irte – dijo besándome la frente – Quédate con Dios, y cualquier cosa, puedes llamarme.
lali: Gracias – Sonreí y salió de la habitación.
Me levanté y fui a la habitación de Peter. Los paquetes todavía estaban en el suelo, tal como estaban cuando los arrojé allí. Recogí los paquetes pensando en qué haría con ellos.
Peter: ¿qué vas a hacer?
Lali: No lo sé. Pienso hacer las maletas para que me echen de casa.
Peter: No te excedas.
Lali: Nuestro padre dijo eso, Peter. Las drogas son mías, yo las compré. Y pagaré por todo.
Peter: Ella te hizo cambiar - sonrió.
Lali: No sólo ella. Disculpe. - Dije saliendo de la habitación.
Poco después oí llegar el coche de mi madre y luego unos pasos en las escaleras. Salí de mi habitación y me encontré cara a cara con ella, quien simplemente abrió la puerta de la habitación de Manuela y entró, dejando la puerta abierta.
Lali: ¿Cómo está?
Gime: Está bien. Tuvieron que darle tres puntos en la muñeca, pero todo está bien.
Lali: Nunca me perdonaré eso – Me apoyé en el marco de la puerta y me llevé las manos a la cara.
Gime: Estas cosas pasan, Lali. No fue el primero ni será el último.
Lali: quiero hablar contigo. Yo, tú y Peter.
Peter: Yo también quiero hablar contigo – dijo quedándose a mi lado.
Gime: Pero no quiero hablar contigo – dije mirándolo seriamente – Quiero que te vayas de aquí, de esta casa.
Lali: Las drogas no eran de él, eran mías, te lo dije.
Gime: No intentes defenderlo, Mariana. Sé que son suyos.
Lali: ¿Lo dudas? - Respiré hondo - Te llevaré a donde lo compré, y el chico te dirá que lo compré. Yo estaba con Agustín. Llámalo si quieres. Ayer no hablé contigo ni con Manuela porque tenía los paquetes en el bolso.
Gime: Deja de mentir.
Lali: ¿POR QUÉ MENTIRÍA? SABES QUE SIEMPRE HE ODIADO A PETER Y A TODA ESTA FAMILIA, ¿POR QUÉ MENTIRÍA? - Grité haciendo despertar a Manuela.
Gime: Cuando llegue tu padre, hablaremos.
Lali: Hazle un análisis de sangre a Peter. Verás que no hay nicotina ni nada químico en su sangre.
Gime: Entonces te haremos uno también para ver si también eres drogadicta.
Lali: No dije que lo soy.
Gime: Entonces ¿por qué lo compraste? Tranquila, hija – Dijo a Manuela.
Manuela: ¿qué pasa? - Miró a mi madre y luego a mí.
Lali: Tengo mis razones para comprarlo, pero en ningún momento dije que estaba drogada.
Gime: Decídete, Mariana.
Lali: Como dijiste. Cuando llegue mi padre, hablaremos – Me di vuelta, yendo a mi habitación.
Peter: ¿Lali? - Vino detrás de mí.
Lali: Hola? - Lo miré, antes de cerrar la puerta.
Peter: ¿Podemos hablar un poco?
Lali: Sí. Le di espacio para entrar y cerré la puerta.
Peter: Gracias por todo lo que estás haciendo.
Lali: Te digo la verdad, Peter.
Peter: Creo que podríamos pedir un descanso ahora, ¿no?
Lali: Ejem. Creo que estoy cansada de ser la Lali insensible, inútil y que odia a todos.
Pedro: ¿Amigos? - extendió su mano.
Lali: Hermanos – sonreímos y él me abrazó.
Pero yo quería ser mucho más que su hermana. Mucho más que una amiga. Quería ser algo que sacudiera sus estructuras, de la misma manera que él sacudió las mías.
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Mi ADN
Fanfiction(...) Y lo único que nos separaba era el maldito ADN. Por mucho que lo quisiéramos, nuestro ADN era más fuerte que nosotros (...). Peter (...) Habíamos nacido en la familia equivocada. Pero estaba absolutamente convencido de que estábamos hechos el...