Mi ADN

Capítulo 45

Vico: Me gusta. Ella sólo está... un poco obsesionada conmigo.

Peter: ¿Vieron ustedes dos qué hora es?

Lali: Sí, lo vi. Tres y diez, ¿por qué?

Peter: ¿No es un poco tarde? Porque mi habitación está al lado y puedo escuchar todo lo que dices.

Lali: Bueno, entonces ¿de qué estábamos hablando?

Peter: Qué eres ninfómana  - se rió.

Vico: No hemos dicho nada al respecto, pero estoy de acuerdo.

Lali: Gracias por la parte que me toca.

Gime: ¿Mariana? - Escuché su voz, adormilada.

Lali: Joder – Me levanté y me paré frente a Vico y al lado de Peter.

Gime: ¿Qué haces despierta a esta hora? Vico, ¿qué haces todavía aquí?

Lali: Empezamos a hablar y decidimos subir a ver una película.

Gime: ¿Película? - miró la televisión.

Vico: Ya se acabó. Vimos... sí, esa película allí.

Peter: Que la niña es una princesa y conoce al niño.

Lali: No Peter, el niño que es príncipe.

Peter: Bueno, no lo sé, en realidad estaba durmiendo - se encogió de hombros.

Vico: Y bueno, mirando la hora, mejor me voy.

Gime: Niños, niños. Juicio eh. Buenas noches - Dijo saliendo de la habitación.

Lali: Muslo bailando – Me volví a acostar sobre Vico.

Vico: Princesita del reino encantado, de verdad me voy.

Lali: Ah – hice un puchero -, ¿vale, verdad?

Vico: Me encantó el marco de fotos - sonreí -, como quería que se viera.

Lali: Eso es bueno. Buenas noches, D'Alessandro - Me senté y me dio un beso.

Vico: Buenas noches, Accardi. - Nos reímos.

Peter: Ustedes dos deberían permanecer juntos – se levantó – Cuanta miel, Dios mío – puso los ojos en blanco y salió de la habitación.

Lali: Buenas noches para ti también, Peter.

Feliz cumpleaños, Annie.

LALI

Después de mi hermosa fiesta de cumpleaños, parecía que todo pasaba muy rápido. Desde lo que pasó con Peter, o el beso, para ser más directos, nunca hemos intercambiado una sola palabra. Yo evitaba hablar con él y él evitaba hablar conmigo. Sentí sus miradas de enojo cada vez que estaba con Manuela.
Después de dos meses de querer que Peter se alejara de todo, lo había logrado. Nuestros padres ya no escuchaban lo que decía y Manuela ni siquiera quería acercarse a él. Cuando la vio conmigo, vi la tristeza en sus ojos, y sin duda él pudo ver la victoria en los míos. Aunque no quería, sabía que tal como había empezado, tenía que terminarlo. Y no importaba si después me arrepentía o no. Y yo tenía la idea de empezar y no iba a terminar ahí. Como todas las cosas, tendría un principio, un desarrollo y un final. Incluso si para lograr este fin, tuve que lastimar a más de una persona.
No era de extrañar que estuviera allí. Arriesgar mi vida -y la de mi mejor amigo- para comprar algo que no beneficiaría a nadie, pero claro, haría que mi ego se disparara, y mi sed de venganza y victoria también. Y cuando todo terminó, nunca más me atrevería a pensar en las drogas. El lugar era horrible. Luego el olor empeoró aún más. Cuando entré comencé a arrepentirme de lo que iba a hacer, incluso porque sabía que si me quedaba mucho tiempo allí, todo lo que había comido minutos antes volvería.