Capítulo 55

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Miré el reloj cada cinco minutos. Decidí bajar e ir al auto. Para distraer a Manuela la dejé en el asiento del conductor mientras jugaba con el volante. Después de cuarenta minutos, dejé de esperar y le pedí al portero que llamara a Victório, quien no respondió. Esperé otros diez minutos y Lali no bajaba, así que decidí irme. Cuando fui a subir al auto, escuché el sonido de un auto alejándose, y me di la vuelta, pero no fue gran cosa. Me subí al auto y traté de arrancarlo. Sin éxito. Excelente. Ahora mismo tendría que esperar a que baje Lali. ¿Qué había hecho Manuela con mi coche? Suspiré y me apoyé en mi auto. Finalmente, después de otros quince.

Pedro: Dijiste media hora, Mariana.

Lali: Lo siento, pero no hay manera de que pueda salir con Victório provocándome así.

Peter: No hables. No quiero saber - puse los ojos en blanco.

Lali: ¿Qué pasó, cariño? - se rió, acercándose a mí.

Peter: Nada, ¿puedes retroceder más, por favor? - sonreí, falso.

Lali: Ay Pitt, ¿por qué estás así? - pasando su mano ligeramente por mi entrepierna

Peter: Para Mariana. En serio, ayer pude manejarlo, pero hoy no será posible.

Lali: ¿Entonces qué estás esperando? - Me miró suspirando.

Peter: Mi auto se averió - Cambié de tema - Vamos con el tuyo - Le quité la llave de la mano.

Lali: Espera, no vas a conducir mi auto.

Peter: ¿Y quién me va a detener? - Saqué a Manuela de mi auto y lo cerré - ¿Tú?

Lali: Ese es MI auto, Peter - dijo nerviosa al verme subir al asiento del conductor.

Peter: Hasta que es hermoso tu auto. Ahora entra aquí, vale.

Lali: Mientras estés ahí no.

Peter: Ok, entonces me voy – Dije arrancando el auto.

Lali: Vale, vale - levantando a Manuela y metiéndola en el coche - Pero me pagas.

Peter: Lo que quieras - Me reí, lanzándole un beso al aire.

Lali: ¡Ya verás idiota! - Dijo subiendo al auto - Anda, vámonos.

Peter: Cálmate hermanita - Puse mi mano en su muslo, cerca de su entrepierna.

Lali: No quiero hablar contigo Peter – se asomó al auto.

Peter: ¿Por qué, hermanita? - Le apreté el muslo.

Lali: Basta – Dijo medio gimendo.

Peter: Eso para mí es como pedir más.

Manuela: ¿qué estás haciendo? - preguntó mirándome.

Peter: Nada – Me reí quitando la mano del muslo de Lali.

Manuela: Ustedes están llenos de misterios.

Lali: No es gran cosa.

Manuela: ¿Tiene que ver con lo que os vi hacer ayer?

Lali: No estábamos haciendo nada.

Manuela: Pero lo vi – dije, inocentemente.

Perte: No viste nada. Y dejemos de hablar de eso, por favor.

Lali: ¿Por qué? - Ella me miró.

Peter: Porque si sigues hablando – le dije susurrándole al oído – Te mostraré lo que es el sexo real – La miré y ella se mordió el labio, dejando escapar un gemido bajo.

Lali: Cállate y conduce.

Peter: Por supuesto. Me reí y comencé a conducir.

Ese fue el mejor juego de burlas del mundo.

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