Capítulo 32

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Peter: ¿Lali? - Abrió la puerta.

Lali: No, es el Papa - Puse los ojos en blanco y luego me di cuenta que él estaba en la habitación - ¿Qué haces aquí?

Peter: Creo que esta es mi habitación.

Lali: Perdón – me levanté – ¿Rochi? - Miré por la puerta.

Peter: Está afuera con las chicas. ¿Y porque?

Lali: Ven para acá – Lo jalé hacia el baño.

Pedro: ¿Qué tienes mujer?

Lali: Asunto de familia - Cerré la puerta del baño.

Pedro: ¿Qué te pasa, Mariana? - él estaba sorprendido.

Lali: Cállate – salté sobre su regazo y él me abrazó.

Peter: Ahora no entiendo nada.

Lali: No lo entiendas...

No sé si fue la presión de ser tan... ridícula al acostarme con el Tacho lo que me puso así, solo sé que comencé a besarlo. Y él respondió. QUE BUENO FUE BESARLO. Me llevó al fregadero y me sentó en él. Es ahora, es ahora que se quita la ropa y haces el amor con locura. No, pero lamentablemente no lo hizo. Jugamos con nuestras lenguas y él me mordió ligeramente el labio. Tan pronto como se separó de mí, nos miramos y él se alejó.

Peter: Debería tener asco de tí, Mariana – abrió la puerta del baño y se fue.

Dejándome ahí. Mi momento de éxtasis había desaparecido. De la misma manera que llegó.

Cuando finalmente terminó el sábado, di gracias a Dios porque regresaría a casa el domingo y que si todo salía como quería, Peter pronto me pagaría. Por lo que había hecho por Manuela y por rechazarme en el baño. Cuando Maxi me dejó en casa, me bajé del auto sin decir nada, ni siquiera un gracias. Porque sí, esas habían sido las peores vacaciones de mi vida y no las merecía. Mi humor, como siempre, no era el mejor, pero tenía que controlarme.

Gime: ¿Y cómo te fue hija mía? - preguntó cuando llegué a la cocina sin mis cosas.

Lali: HO... - Suspiré - Estuvo muy bueno mamá - Sonreí y le di un beso - Hola papá - Le di un beso.

Nicolás: ¿Y tu hermano?

Lali: Debe estar llegando. Debió haber ido a dejar a Rochi a su casa.

Manuela: Hola Lah - dijo suavemente.

Lali: Hola, Manu - Me agaché llegando a su altura - ¿Cómo estás?

Manuela: Estoy bién, Lah. - Me abrazó y yo sin querer sonreí y se me escapó una sonrisa, sabes?, Automático.

Lali: Mamá, ¿puedo llevar a Manu a tomar un helado conmigo?

Gime: Pero acabas de llegar. Y aquí en casa hay helado.

Lali: ¿Pero qué sabor hay?

Gime: Chocolate.

Lali: Ay, quiero limón. Ve, te prometo que la cuidaré. ¿Usted quiere ir? - Le pregunté a Manuela.

Manuela: Sí, lo quiero– sonrió.

Gime: Bueno, puedes irte. Pero por favor cuídala, Lali.

Lali: Ok. Y si Peter pregunta por ella, dile que fuimos a la heladería - Sonreí - Vamos - Le di la mano y ella la tomó.

Era sólo cuestión de tiempo que consiguiera lo que quería.

Sabía que si Peter llegaba a casa y Manuela no estaba allí y estaba conmigo, haría un espectáculo y se enojaría conmigo. Y eso era exactamente lo que quería. Por supuesto que no iba a maltratar a la niña mientras estuviéramos solas. No sólo porque quería ganársela, sino porque, aunque no le agradaba, era una niña.

Lali: ¿Qué quieres? - La levanté para mostrarle los sabores.

Manuela: Creo... - miró - Fresa.

Lali: Ok, chica quiero uno con fresa y otro con limón.

Asistente: Aquí está el de la señora. - ame entregó el de limón.- Y el de tu hija -Me entregó lo de fresa.

Lali: Hola? - La miré.

Asistente: Es su hija, ¿no?

Lali: En realidad es mi hermana - La bajé y le di el helado - Pero ella se parece a mí ¿no?

Operador: Sí – se rió y le entregué el dinero – Gracias.

Lali: Gracias – Le di las gracias y me dirigí a una mesa, donde me senté con Manuela.

Manuela: ¿Por qué no vino pela?

Lali: Está con Rócio, Manu.

Manuela: ¿Y por qué no la dejó para quedarte con nosotros?

Lali: Te diré algo, ¿vale?

Manuela: ¿qué pasa? - sus ojos brillaron.

Lali: Pela me dijo que Rochi es la persona más importante de su vida.

Manuela: si? - Me miró con cara triste - Me había dicho que yo era la persona más importante.

Lali: ¿Pero prométeme que no se lo dirás?

Manuela: lo prometo.

Lali: Ese es nuestro secreto – Le sonreí falsamente, quien me lo devolvió.
Y Sería muy fácil.

Di tres vueltas por la calle para ver si Peter ya había regresado. Así como tuve que sacar a Manuela de casa, sin él, cuando volvía tenía que estar él. Cuando finalmente vi que su auto estaba estacionado frente a la casa, salimos del mío y entramos a la casa. Dije algo estúpido para hacerla reír y mostrarle que nos divertimos. Cuando entré a la casa sentí que Peter no había saltado sobre mi cuello porque mis padres estaban allí.

Peter: Donde estabas? - Abrazó a Manuela, con instinto protector.

Lali: Solo fuimos a tomar un helado, hermanito. Calma...

Peter: Nada de calma, Mariana.

Lali: Wow Pitt - Hice de víctima - También soy su hermana. Creo que tengo todo el derecho a llevarla de salida de vez en cuando. Y excepto que era sólo helado.

Gime: Tu hermana tiene razón, hijo. Simplemente fueron por un helado. Y, aunque parezca mentira, tu hermana tiene un aspecto fantástico.

Lali: ¿Viste como entró riéndose? Creo que es hora de que pase algo de tiempo con ella, ¿no crees?

Peter: Mariana... - Vi que sus ojos empezaron a ponerse rojos.

Gime: Peter, deja de molestar a tu hermana.

Lali: Así es. Deja ir hermanito. Ella es capaz de amar a ambos... - Le guiñé un ojo - Voy a darme una ducha. Adiós, nena – Pasé mi mano por las mejillas de Manuela y escuché a Peter gruñir de ira.

Cuando llegué a mi habitación, tuve que caer en la cama y empezar a reír. Estuve fantastico.

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