Capítulo 23

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¿Pero qué diablos me estaba pasando? No vivíamos en una película y mucho menos en un libro para que sucedieran estas cosas. Esto no podría suceder en la vida real. Pero no pude evitarlo. Puse mi mano en su rostro y junté nuestros labios. Cerró los ojos antes de que los tocara y me di cuenta de lo hermoso que era su rostro. Pegué nuestros labios y pronto ella me dio espacio para que pudiera invadir su boca con mi lengua. Cada vez que la besaba era diferente. La sentí tan mía, tan frágil… tan diferente. Nuestras lenguas jugaron entre sí, y luego de sentir que nos estábamos quedando sin aire, bajé el paso, pero pronto ella colocó su mano en mi nuca y volvimos a profundizar el beso. Y luego me di cuenta de que aunque quería besarla, no podía, porque estaba haciendo lo mismo que ella. Ella se quedó con Vico y yo la critiqué por eso. Y al final yo estaba haciendo lo mismo que ella. Separé nuestros labios abruptamente y me levanté. Ella me miró confundida y salí corriendo, chocándome con Agustín que estaba en el pasillo. Cuando llegué a mi habitación, cerré la puerta con llave y decidí darme una ducha. ¡Infierno! ¿Por qué me dejé llevar por ella? Métete esto en la cabeza, Peter, son HERMANOS. Y hermanos NO SE BESAN. Los hermanos NO SE GUSTAN. Los hermanos son sólo hermanos y se abrazan en los momentos difíciles. Pero no, los hermanos no tienen contacto labial ni de ningún otro tipo. Terminaría ahí y nunca volvería a suceder. Volvería a mi vida normal con Rócio como si nada hubiera pasado. Terminé de ducharme y decidí bajar a tomar algo, y desde el cuarto de Lali, con la puerta cerrada, pude escuchar su carcajada. Caminé lentamente hacia allí y acerqué la oreja a la puerta, esperando escuchar algo.

Agustín: Ahora en serio, no me gustó eso de "si él fuera tan importante no te pediría que te quedaras". Me has ofendido.

Lali: Ay Agustín, sabes que eres mucho más importante que nadie en esta maldita casa. La única que realmente me importaba era Dani y ella murió. Y yo sólo quería... bueno, besarlo.

Agustín: Puta, dijiste que no te estabas besando a él.

Lali: Arruinaría mi plan si te lo dijera.

Agus: ¿Y qué plan es ese?

Lali: ¿Crees que yo, Mariana Accardi, dejaré que esas muchachas de teatro casi se le echen encima y no haré nada? Incluso parece.

Agus: Todavía no entiendo.

Lali: Mi orgullo me pidió que lo besara, Agustín, entiende.

Agus: Y entre tú y yo, eres una gran actriz.

Lali: Con razón hago esto mi amor.

Agustín: ¿De dónde surgió la idea de llorar?

Lali: No lo sé. Aproveché la situación. Pero les juro que en ese momento en que me llamó casi lloré de verdad. Estuve a punto de sufrir un infarto. Qué miedo de eso, señor.

Agus: O sea el cambio de Lali no existe no?

Lali: Claro que no. Peter es muy delicioso, por eso estoy haciendo esto.

Agus: ¿Pero qué pasa con tu hermana? Tu amor por ella parecía tan real.

Lali: Ay, Agustín. Tú sabes quién era mi hermana y Dios me la quitó, si fuera mi voluntad esa niña hubiera muerto el mismo día que vino al mundo - se rió a carcajadas.

Agustín: Lali, ¿cómo ust...?

No pude soportarlo. Podría hablar así de cualquiera. Incluso de Rochi si quisiera, pero de Manuela no. Abrí la puerta de su habitación con odio y ella me miró asombrada. Agustín me miró, la miró y puso cara de que todo había salido mal. Me acerqué a ella y la agarré del brazo, levantándola. Agustín se levantó, sin reaccionar. No me importaba si la estaba lastimando, si iba a morir, pero ella se arrepentiría de haber dicho eso, oh, lo haría.

Lali: ¿Qué pasó, Juan Pedro? Suéltame, me estás haciendo daño – me miró y luego miró su brazo.

Peter: Ya no vas a hacerte la santa, Mariana. No mas...

Lali: Peter, SUELTAME - gritó.

Peter: ¿Quieres escuchar la verdad? Lo quieres? - Apreté su brazo con más fuerza.

Lali: Déjame ir, animal. Me está doliendo... Agus, haz algo.

Peter: CALLATE - Me volví hacia él y se calló.

Lali: ¿Quién te crees que eres para hacer esto, carajo?

Peter: Escucha aquí – La tiré sobre la cama y me subí encima de ella, atrapando sus brazos – LA ÚNICA MALDITA AQUÍ ERES TÚ. ERES UNA FALSA, UNA HIPOCRITA, Y SI LO QUE QUERÍAS ERA CANTAR VICTORIA, LO CANTASTE ANTES DEL TIEMPO. Y SI MARIANA, ERES UNA PUTA CUALQUIERA. NO DUDO QUE TE ACOSTARÁS CON CUALQUIERA POR CUALQUIER PRECIO.

Lali: ESTAS LOCA LOCO. ¿TOMASTE O QUÉ? - dijo en el mismo tono que yo. Pasé mi mano debajo de su cabeza y tiré de su cabello con fuerza, acercando su rostro al mío.

Peter: Atrévete – dijo en voz baja y mirándola a los ojos -, atrévete a acercarte a mi hermana, y podré matarte, Mariana. Un toque sobre ella y tu máscara se quitará para todos: ALEJATE DE ELLA.

Lali: Te voy a denunciar, Peter. LLAMARE AL MANICOMIO POR TI.

Peter: De hecho, fuiste tú quien nunca debió nacer, hermanita – de la misma manera que agarré del cabello, la solté, pero con más fuerza aún.

Salí corriendo de allí, queriendo romper cualquier cosa que le perteneciera. Me detuve en el pasillo y miré una foto de Dani.

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