Mi ADN

Capítulo 7

No pude soportarlo más. Estaba a punto de bajarme la ropa interior y penetrarla. Luego escuchamos a Manuela llorar. Lali abrió los ojos y se apartó de mí. Me puse los pantalones, rápidamente cerré el botón y me puse la camisa que mientras tanto se había ido al suelo. ¡Boludo! ¿Cómo nos atrevemos a pensar en eso con Manuela en casa?

Peter: Ve a buscarla.

Lali: No le agrado, Peter.

Peter: No puedo ir así – señalé hacia abajo, tenía a mi amiguito sobresaliendo

Lali: Um... - Miró y se mordió el labio.

Peter: Deja de mirar, pervertida. Lo arreglaré, ve a hablar con ella.

Lali: Ya voy – Terminó de ponerse los pantalones y subió las escaleras.

Mi Santo Dios. ¿Qué me había hecho? Mi miembro ni siquiera se inclinaría sobre la brujería. Habría que buscar a Rochi urgentemente. Lo necesitaba. Pero no con mi hermana. Hice lo que pude, me lavé las manos y salí del baño. Escuché los gritos de Manuela diciendo que me quería. Y Lali intentando decirle que yo estaba en el baño. Sí, de todos modos ella nunca iba a ser madre.

Peter: Hola mi amor.

Manuela: ¿dónde estabas, pela?

Peter: estaba en el baño. ¿Pero qué pasó?

Manuela: ¿por qué me dejaste sola?

Peter: Pero Lali está aquí, mi amor.

Manuela: Pero te quiero a ti, no a Lah.

Lali: Perdón – Se levantó de la cama y se fue.

Pedro: ¡Lali! - La llamé, pero ya se había ido - Manu, no puedes hacerle esto. Ella también es tu hermana.

Manuela: Pero a ella no le gusto, entonces ella tampoco me gusta a mí.

Peter: Le gustas. Ahora ve a hablar con ella y discúlpate.

Manuela: No, no lo haré.

Pedro: Oh pero lo harás. La lastimaste, ¿no lo ves? Y eres muy mala niña por tener tu edad. Vamos a disculparnos con ella.

Manuela: Está bien – Se cruzó de brazos y fue tras a Lali.

Peter: Y no pongas esa cara, Mariana 2.
- Con cuidado, bajó las escaleras y se acercó a Lali, que estaba en la cocina.

Ah si, ¿recuerden cuando dije del limón de Lali? No estaba bromeando, ella realmente chupaba limones. Limón con sal. Nunca supe de dónde sacó esta locura. Manu llegó a la cocina y yo me apoyé en la puerta para mirarlas.

Manuela: Lali.

Lali: ¿Eh? - Estaba sacando la piel del limón.

Manuela: lo siento.

Lali: No hiciste nada – Se lavó las manos en el lavabo y yo levanté la ceja.

Peter: Sí, hoy te ves rara.

Lali: No vale la pena obligar a la chica a venir a hablar conmigo, Juan Pedro.

Peter: Tú tampoco cooperas, ¿verdad Mariana?

Lali: Vuelve a tus deberes de niñera, "nene".

Peter: Y vuelves a tu vida de infelicidad.
Ella no dijo nada. Miró a Manuela, se frotó la cara con la mano y se fue. Vi, una vez más, la mirada fría en sus ojos.

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Cande: ¿De qué necesitas hablar con tanta urgencia, hombre de Dios?

Peter: La cagué.

Cande: ¿Dónde está Manu?

Peter: Está con tu madre abajo.

Cande: Entonces dime que hiciste.

Peter: Me quedé con Lali.

Cande: Ahh, estás así solo porque engañaste a tu novia... ¿QUÉ?

Peter: Me quedé con Lali - Me miró con la boca abierta - Sí, Lali, mi hermana.

Cande: ¿ES TAN PERRA QUE SE QUEDA CON SU PROPIO HERMANO?

Peter: Por un segundo no lo hicimos...

Cande: ¿TENDRÍAS SEXO CON ELLA? - Ella me interrumpió.

Peter: ¿Quieres gritar más fuerte, por favor?

Cande: Lo siento. No está satisfecha en estar con Maxi, con Victorio, ahora contigo. ¿Cómo ha ocurrido?

Peter: Mis padres no están en casa, como ya sabes, entonces cuidé a Manuela, y luego decidí ir al mercado a comprarle algo y llamé a Lali, y ella aceptó. Cuando llegamos empezó a hablar de Victorio y todo, nada que yo no supiera. Luego nos pusimos a ver una película de Barbie y Manu se quedó dormido en el regazo de Lali. Se lo llevó a su habitación y decidimos ver otra película. Al ver otra película tuve la excelente idea de hacerle cosquillas, y luego me puse encima de ella. Y vaya, ¿fue automático?

Cande: Está bien. Bueno, es complicado, pero puedes es una locura...

Peter: No sé qué haría si mis padres se separaran.

Cande: Tus padres tienen a Manuela, que es una niña. Pero ¿qué pasa con nosotros? Todos somos adultos. Mis hermanos van con mi papá y yo voy a ser la única compañía de mamá.

Peter: Todas las familias pasan por esto.

Cande: No lo sé lindo, tengo miedo de que mi padre encuentre otra mujer, o mi madre encuentre otro hombre.

Peter: Ya eres bastante grande, Candela, sabrás afrontar todo. Sé que así será.

Cande: Lo intentaré ¿no?

Peter: Tenía muchas ganas de quedarme más tiempo, pero tengo que irme.

Cande: Ah si, Manu, ¿no?

Pedro: Sí... Buen ángel mío, juicio - Le di un beso en la frente y ella sonrió.

Cande: Juicio a usted, señor Juan.

Peter: Lo prometo.

Le sonreí y salí de la habitación. Cuando llegué al salón, Manuela y Julia (la madre de Cande) estaban viendo juntas una caricatura. La saludé y cuando le dije a Manuela que nos íbamos, ella hizo un berrinche.
Me dio un poco de vergüenza llegar a casa y ver a Lali, pero para mi sorpresa, no fue así. O había ido a casa de Máximo, o a casa de Vico. De uno a otro. O también existía la posibilidad de que hubiera ido al teatro, muy improbable, pero era una posibilidad.
Llegamos a casa y cuando lo vi ya era de noche. Le preparé la cena a Manu, la bañé y luego la puse a dormir. Le conté esta estúpida historia que ella me pidió que le contara y luego cayó en la cama.
Decidí bajar y ver si había algo interesante en la televisión. Seguí buscando y buscando y al final estaba viendo un partido de fútbol, ​​de un equipo que ni siquiera conocía.
Y por más que lo intentaba, Mariana encima de mí no se me salía de la cabeza, entre más lo intentaba no podía olvidar esa escena. Después de un rato, terminé quedándome dormido en el sofá de todos modos.