Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃 |Christopher Vélez| +18 ©

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Amelie Jones

Llegamos al edificio donde vive Jade.

Baje del auto con ayuda del señor Oliver, hombre al cual jamás podría olvidar, es él quien me ha ayudado en todo momento, quién ha estado conmigo, sí sé que la mayor parte del tiempo es mandado por Christopher, pero él es de gran apoyo.

— Este es el edificio, está en el piso cinco, 552. — dijo dándome una sonrisa amable.

— Gracias señor Oliver, por ser tan amable y ayudarme en todo.

— No tiene por qué agradecer señorita Jones, lo hago con mucho gusto. — me dio otra sonrisa mientras juntos caminábamos para pararnos frente al edificio en la acera. — No sé qué haya pasado, — siguió la plática. — pero lo que sí sé es que él la quiere demasiado, ha cambiado y para bien.

— ¿Quiere que crea en el diálogo que él le dijo que me dijera? Por qué si es así no voy a caer.

— Él no me dijo nada, solo le digo lo que veo, conozco al señor Vélez hace diez años, se quién es y también se lo mucho que ha cambiado solo para tratar de alcanzar las expectativas que usted se merece, por eso le digo que piense y analice las cosas, lo que les conviene a ambos y como se sentirán mejor.

— Gracias por el consejo.

— Bien aquí la espero, no se preocupe por el tiempo.

— No como cree, puedo pedir un taxi que me lleve a casa, usted ya hizo mucho por mí, no es necesario que se quede.

— Como ya lo dije señorita Jones no puedo dejarla sola, si el señor Vélez se entera en verdad me mata, así que despreocupase por el tiempo yo la estaré esperando aquí.

— Está bien, no tardaré.

Entre al edificio y de inmediato subí al elevador para que me llevara hasta el piso cinco, baje y comencé a caminar por el pasillo buscando el apartamento cinco cincuenta y dos y lo encontré, no tarde nada en tocar, trate de acomodar un poco mi ropa y sonar mi nariz con el pañuelo que me había entregado el señor Oliver.

La puerta se abrió dejando ver a una mujer hermosa en su interior, el cabello azabache corto hasta el mentón la hace ver extremadamente bien, Jade siempre luce espectacular, lleva un maquillaje cotidiano y sus labios carnosos resaltan en un color escarlata, apenas me mira abre por completo la puerta dejando campo para que entre mientras estira sus brazos para abrazarme.

— ¿Qué fue lo que pasó? — dijo una vez que recibí su abrazo. — ¿Vélez provoco esto? ¿Estás bien?

— Jade me siento tan destrozada. — dije una vez me separé un poco del abrazo y escuché el cerrar de la puerta.

— Toma asiento ahora llevo el vino y me lo cuentas todo.

Caminé hacia la sala mientras Jade camina hacia la cocina, antes reparé en un gran espejo que tiene en la sala y pude ver mi reflejo, parezco una loca, los ojos y la nariz completamente rojos por tanto llorar y sonarme la nariz, el poco maquillaje que llevaba puesto se corrió dejando líneas negras debajo de mis ojos, mi cabello está revuelto me veo tan mal, tan demacrada, mis ojos ya están algo hinchados.

— Voy a matar a Vélez. — comento Jade apareciendo con una botella de vino y dos copas. — No entiendo cómo es que te ha hecho llorar si según él te ama.

Dijo mientras se sentaba en el sofá frente a mí, sirviendo las copas del vino tinto que lleva en la mano, una vez sirve la copa me la entrega.

— Bien, Amelie como tú hada madrina cuéntame en qué puedo ayudarte y en eso planeo como voy a matar a Christopher.