MARATÓN 3/3.
Amelie Jones.
El calor reconfortante de Christopher aún está a mi alrededor, sus fuertes brazos me sostienen con fuerza a su cuerpo, haciéndome sentir segura y a salvo. Su olor es una mezcla entre ese perfume caro y los toques de jabón neutro que me ayudaron a tranquilizarme mientras lloraba desconsoladamente, lloré con él acompañándome y sin que me juzgará, tan solo me abrazó hasta que al fin concilie nuevamente el sueño.Con cuidado volteó mi cuerpo para poder mirarlo, su rostro luce tranquilo, su cabello revuelto hace que mi mano vaya directamente hacia él para intentar acomodarlo, su respiración es tranquila, duerme y es hermoso verlo, los moretones en su rostro lo hacen ver salvaje, aún están algo hinchados y con tintes moradosos.
Jamás me imaginé que Erick pudiera perder de tal forma el control como para lastimar a alguien, pero para este punto ya no sé si realmente conozco a Erick, siempre tuve una sospecha de que él podría estar siéndome infiel, pero solo asumí que estaba volviéndome loca, que era parte de mi paranoia ya que el viajaba mucho, pero si solo le hubiera hecho caso a ese instinto, tal vez esto fuera otra historia.
Christopher abrió los ojos, esos ojos marrones en los que podía perderme por horas, sus ojos son hechizantes en todos los sentidos de la palabra, una leve sonrisa apareció en sus labios para después sentir su mano acariciar mi mejilla.
— ¿Te sientes mejor? — habló con esa voz de recién levantado.
— La verdad es que sí, gracias por estar aquí.
— No podía dejarte sola pasando por este martirio.
— ¿Cómo supiste dónde estaba? — la intriga me carcomía desde que lo mire aquí, necesito saber es como llego a saber donde estaba.
— No es necesario saberlo. — dijo depositando un débil beso en el inicio de mi cabello. — Lo importante es que estoy aquí.
— Yo si quiero saberlo, siempre llegas en el momento correcto, necesito saber cómo lo haces.
— No quiero que pienses que soy un acosador o algo así. — su comentario hizo que soltará una risa genuina.
— Jamás pensaría eso de ti, aunque no lo voy a negar, a veces pienso que eres un psicópata que me sigues por todos lados o mejor aun que has puesto un rastreador en mi cuerpo. — comenté en forma burlona mientras sonreímos.
— No soy un psicópata. — dictaminó aun con la sonrisa en su rostro. — Oliver, él me dijo que estabas aquí, le pedí que fuera a recogerte para llevarte a mi casa, pero cuando llegó ya habías arrancado el coche le pedí que te siguiera y bueno aquí me tienes.
— ¿Y me dices que no eres un psicópata?
— No lo soy, lo siento pequeña, pero sabía que si te llamaba no me darías la ubicación, fue lo único que se me ocurrió, perdón sé que estuvo mal, ¿Me perdonas mi pequeña gatita?
Un pequeño y tierno puchero de formo en sus labios, a veces siento que es tan tierno, una sonrisa se formó en mis labios para después darle un beso muy cerca de sus labios.
— Jamás podría enojarme contigo, además, si no estuvieras aquí créeme que me sentiría el doble de miserable, tenerte aquí me hace sentir mejor.
— ¿Quieres desayunar?
— Sí.
En ese momento volteó a ver el reloj que está en la mesa de noche viendo que ya es medio día y un recuerdo de un Bailey hambriento llega a mi cabeza.
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Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃 |Christopher Vélez| +18 ©
Fanfiction|𝐇𝐚𝐛𝐫𝐚́ 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐬 +18 𝐍𝐎 𝐦𝐞 𝐡𝐚𝐠𝐨 𝐜𝐚𝐫𝐠𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐮𝐦𝐚𝐬 | ⚠︎ 𝚂𝚒 𝙽𝙾 𝚝𝚎 𝚐𝚞𝚜𝚝𝚊 𝚜𝚞 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚎𝚗𝚒𝚍𝚘 𝙽𝙾 𝙻𝙴𝙰𝚂 ⚠︎ 𝙿𝚘𝚛 𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛 𝙽𝙾 𝚍𝚎𝚗𝚞𝚗𝚌𝚒𝚊𝚛 ⚠︎ 𝙻𝚎𝚎𝚜 𝚋𝚊𝚓𝚘 𝚝𝚞 𝚙𝚛𝚘𝚙𝚒𝚘 𝚌𝚛𝚒𝚝𝚎𝚛𝚒...