Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃 |Christopher Vélez| +18 ©

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Erick Brian Colón

La culpa es algo que solo el ser humano puede experimentar, donde todos vivimos presos de ella, que nos paraliza, donde nos encierra en el pasado porque generalmente cuando llega ya no podemos deshacer lo ya hecho. La culpa es un sentimiento del que no nos podemos liberar, que nos debilita y nos vuelve vulnerables.

Hoy después de tiempo vuelve a mi esa culpabilidad.

Camino en dirección a la cocina donde puedo verla luce tan perfecta su cabello castaño cae sobre su espalda, un vestido en color blanco con pequeños lunares rosas, Amelie luce tan perfecta como un ángel bajado del cielo.

Me acercó quedando detrás de ella donde mis manos las paso por su cintura, ella por mi repentina y silenciosa presencia salta un poco por el susto.

— Luces tan perfecta — Susurro cerca de su oído mientras que puedo oler su aroma una mezcla entre jabón y algo de coco con vainilla, dejo un beso sobre su cabeza —

— Gracias cariño,— Amelie recostó su cabeza sobre mi pecho —  ¿Ya has desayunando? ¿Quieres algo?

— Estoy bien, aunque me gustaría saber si me puedes adelantar mi regalo de navidad— Acaricie su silueta, mientras daba suaves y húmedos besos en su cuello —

— Cariño en cualquier momento puede entrar alguien a la cocina, además tus padres y los míos no han de tardar en llegar — Daba pequeños suspiros al momento de hablar —

— Seguro tenemos más de una hora

No responde y yo la cargo entre mis brazos Amelie deja de lado la tostada que estaba preparando.

Camino con ella entre mis brazos saliendo de la cocina, paso por la sala para comenzar a subir peldaños, al momento de hacerlo nos encontramos con la señora Alma.

— Buenos días señores — dice una vez estamos pasando a un lado de ella mientras nos da una pequeña sonrisa

— Dios que pena — susurra Amelie.

— Buenos días — digo mientras le doy una sonrisa.

Llegamos a la habitación, bajo a Amelie de mis brazos y comienzo a acercarme hasta llegar a sus labios a los cuales le tengo una fuerte adicción, nuestros labios se unen en euforia mientras nuestras lenguas bailan al unísono, sus manos alrededor de mi cuello, mis manos por su cintura, nos encaminamos a la cama donde me coloco arriba de ella.

Mis labios dejan los suyos para descender por su cuerpo, mis labios recorren su mandíbula, su cuello donde me detengo porque se lo mucho que le gustan los besos en esa zona, Amelie no puede contener sus suspiros, extrañaba esto, la extrañaba a ella, a la mujer que amo y siempre será así sin importar el qué.

Sigo bajando hasta que llegó a sus hermosas piernas, mis labios rozando su piel, sus manos jugueteando con mi cabello , subo su vestido dejando a mi vista parte de su cuerpo, una bragas blancas y parte de su sostén blanco con encaje se comienza a asomar.

Beso su abdomen, mientras que mis manos juguetean con sus piernas muy cerca de su intimidad.

— Erick, cariño... Mmm puede que lleguen pronto

— Créeme mi ángel... tendremos tiempo para hacerlo hasta seis veces... deja de pensar en eso

Mis labios ya están más cerca de su entre pierna mientras subo mis manos por su abdomen hasta llegar a sus sensuales senos cubiertos por ese sostén blanco con encaje.

Un toque en la puerta quiero hacer caso omiso ya que Amelie aún no está enterada pero vuelve a ser más fuerte y después de un tercer golpe se escucha la voz de una mujer.