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Amelie Jones.

Finalmente, después de tanto tiempo guardando este oscuro secreto, siento un gran alivio al haber contado la verdad, me siento liberada y la culpabilidad que martillaba mi mente él me ayudó a vencerla. Aunque sé que he herido a Erick, siento que era necesario ser honesta con él y conmigo misma, no podíamos vivir en las mentiras y en los secretos de tener amores clandestinos.

Ahora que he liberado está carga, siento que puedo seguir adelante y vivir mi vida de la forma que realmente deseo, junto al hombre que amo. A pesar de las consecuencias, sé que hice lo correcto al ser sincera y seguir mi corazón, por que primero de ahora en adelante siempre estaré yo, seguí órdenes por mucho tiempo ya era hora de tomar las riendas de mi vida y ser yo la que me llevará a dejar la monotonía que agobiaba mi vida. Estoy lista para enfrentar las dificultades que vengan, sabiendo que estoy siendo fiel a mí misma y a mis sentimientos. Estoy lista para comenzar una nueva etapa en mi vida, llena de sinceridad y amor verdadero junto al hombre maravilloso que conocí por accidente.

Han pasado dos semanas desde los sucesos.

Dos semanas en donde no he visto a Erick pero hoy ya llego el momento de gritarlo a todo el mundo, las revistas y canales de chismes han estado estipulando una posible separación entre nosotros, así que hoy es el día en el cual gritaremos juntos que lo nuestro dejó de ser un para siempre, para convertirse en caminos fracturados pero llenos de buenos deseos mutuos.

Diremos la verdad de nuevo, pero esta vez se lo contaremos a todos, no puedo negar los nervios aparecen de nuevo invadiendo todo en mi sistema, mis padres saben la verdad y sé que me apoyan, pero no estoy lista para ver los rostros de mis suegros, cuñada y amigos, y es que de solo pensarlo los nervios y la culpabilidad invaden mi cuerpo.

Me gusta mi reflejo en el espejo; mis ojos ya no lucen tormentosos ahora solo reflejan una mezcla de alivio y paz, el porte con el que estoy enfrente a el me gusta mucho, mi figura envuelta en un hermoso y ajustado vestido rojo refleja la seguridad de mi decisión y el relajamiento después de la tormenta. Mi sonrisa volvió a ser genuina y radiante. Mi cabello castaño va atado en una coleta alta, los pendientes brillan en mis orejas, colocó un par de anillos en mis dedos, pero me le quedo viendo con nostalgia a ese collar que cuelga en el joyero, aquel mismo que Erick me regaló en nuestro último viaje juntos en Grecia, los diamantes desfilan en una pequeña fila de seis.

— ¿Todo bien? — entró en la habitación un elegante Christopher.

Me quedo sin aliento al verlo entrar.

Su cabello castaño cae en pequeños mechones sobre su frente, enmarcando su rostro de facciones armoniosas. Sus ojos marrones brillan con una intensidad única, capaz de conquistar a quien se cruzará en su camino. Su sonrisa, perfectamente alineada y deslumbrante, ilumina su rostro cuando se dibuja en sus labios.

Christopher luce elegante y muy sofisticado en ese traje color gris, con camisa negra y corbata a juego. El traje le queda a la perfección, resaltando sus hombros anchos, así como el resto de su cuerpo. Su porte erguido y seguro denota una confianza innata en sí mismo, lo cual lo hacía aún más atractivo, -como si eso fuera posible -. Mi corazón late desesperado al tenerlo detrás de mí.

— Luces hermosa. — su mano toma mi cintura y me apega a su cuerpo, mi espalda chocando contra su pecho. — ¿Estas lista? — pregunta mientras deja un sutil beso en mi cuello.

— Estoy nerviosa, hoy diremos todo y me aterra que es lo que pueden pensar.

— Todo saldrá bien. — dejo otro beso sobre mi cuello.

— ¿Seguro que no irás? Necesito tu apoyo. — con mis manos acarició las suyas que siguen sobre mi cintura.

— No es correcto, Erick me sacará de ahí a patadas y estoy seguro que aún no soy la persona favorita de tus padres. — la sonrisa se ensanchó en sus labios.

Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃  |Christopher Vélez| +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora