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— Te esperaba.— comento una vez está enfrente de él, ¿desde cuándo nos tuteamos señor Vélez?, tomo mi mano y dejo un sutil beso sobre mis nudillos— Ven entremos.

Comenzamos a caminar por las mesas al parecer había reservado una mesa algo alejada, cuando llegamos a la mesa tomamos asiento y tiempo después paso el mesero a avisarnos que ahora traería el menú

— Creí que se negaría a venir señorita Jones.

-— Tengo una pregunta para usted señor Vélez, ¿cómo pudo mandar a alguien para que me recogiera, si yo jamás le di mi dirección? — necesitó saberlo.

— Ventajas que te da el poder— dijo sin más, pero que respuesta es esa

— Ya lo veo — dije no sería bueno interrogarlo de una, la mira la baje al suelo en verdad que me intimidaba no podía mantenerle la vista pegada a él porque era imposible, algo en él me hacia sentir pequeña.

— Cuénteme más de usted señorita Jones, me imagino que a de tener novio. — sus labios se curvarón un poco esperando mi respuesta.

— Esposo, — dije inmediatamente — estoy casada llevo un hermoso matrimonio de cuatro años

— Jamás me lo hubiera imaginado, — la sonrisa por un momento desapareció, parecía algo sorprendido ante mi respuesta — su esposo debe ser una persona con mente muy abierta como para dejar que su mujer salga a cenar con un completo desconocido.

— Bueno él no sabe nada— en ese momento llego el mesero y nos entrego el menú no me dio tiempo de abrirlo porque el señor Vélez me lo quitó.

— Dos ordenes de espaguetis y una botella de vino gamay, y aquí tiene- le dio las dos cartas y él mesero se fue- ¿Te parece bien lo que he pedido?

— Es perfecto.

No, la verdad no, me hubiera gustado otra cosa, ¿Pero que se cree?

— Así qué tú esposo no sabe nada. — la sonrisa permanecía en su rostro no era una sonrisa macabra pero si que era de diversión, como si le divirtiera saber que mi esposo no sabe que cenó con desconocidos.

— En verdad no sabia si venir esto es nuevo para mí, no es como que vaya por la vida saliendo con cualquier chico que conozca por la calle.

— Bueno haz salido conmigo y te recuerdo que no me conoces ni un poco.

— Y yo lo sé solo que en verdad quería recompensar lo del café.

Solo eso o en verdad estabas tan aburrida que no viste que otra cosa hacer.

En ese momento apareció él mesero con nuestros platillos y el vino que el señor Vélez había pedido y no se porque me empeño en decirle señor no es que esta viejo claramente el podría tener mi edad.

—¿Necesitan algo más? — pregunto siendo muy respetuoso.

— Estamos bien, gracias.- dijo el señor Vélez y el mesero se fue— En verdad creo que la vida me odia cuando estamos en una charla bastante agradable llega alguien a interrumpir.

— Solo digamos que hoy no es su día de suerte.

— ¿Qué te parece si cenamos? ,adelante y buen provecho.

— Gracias, igualmente.

Era raro estar ahí con él, volteaba a todos lados cada segundo me sentía como si estuviera haciendo algo malo y me fueran a descubrir, pero a quien engaño claro que estoy haciendo algo horrible estoy comiendo con un completo desconocido y si alguien nos ve me podrían acusar con Erick y si eso pasa no se como podría explicárselo.

—¿En qué piensas?, te noto muy nerviosa y ansiosa, como si tuvieras miedo de que algo pudiera pasar.

— Pienso en que tal vez alguien me puede descubrir y contarle a mi marido y no se como lo vaya a tomar, como ya lo he dicho nunca salgo y si alguien le dice que me vieron cenar con un hombre me pedirá mil explicaciones y no se que podría responderle

— Una vez dijeron vive la vida al máximo la vida es corta porque mañana no sabes que va a pasar, así que tú debes dejar de preocuparte y solo le cuentas la verdad sobre lo que has hecho hoy que has a salido a cenar con un chico para recompensar un pequeño y para nada grave accidente, pero sabes no me gustaría causarte algún problema con él.

— Descuide —seguí comiendo y degustando los increíbles espaguetis trataba de no verlo pero de vez en cuando le daba una mirada y me pude percatar que el hacía lo mismo se me quedaba viendo y eso era algo bastante raro mira el plato o el suelo, mientras yo seguía mirando el suelo sentí una mano tomar mi mentón.

— Tienes unos hermosos ojos, deberías dejar de ver el suelo por que si el pudiera hablar te diría que se ha enamorado de esos hermosos ojos , siempre me ha gustado comer con alguien y que me este mirando me gusta el contacto visual creo que eso hace más ameno todo.

— Es algo raro para mí.

—¿Bueno y tú esposo te da buen sexo?

Con esa pregunta tan directa casi muero tome un poco de vino para poder pasarme la comida

—¿Disculpa?

— Bueno has dicho que llevas cuatro años de matrimonio y tal vez él no te da un buen sexo sabes en un matrimonio siempre es bueno el sexo además de que este acto los une más — en ese momento se me vino a la cabeza la conversación que había tenido con las chicas hace tres días atrás ellas también comentaron la importancia del sexo- por lo que veo hace mucho tiempo que no tienen contacto.

— Como ya lo mencione mi esposo esta de viaje y se la vive viajando así que no tenemos mucho contacto.

— Que desperdició, ya que tú eres muy guapa y tienes un cuerpo de infarto, alguien racional jamás descuidaria a tremenda mujer.

— Gracias pero creo que no te ha quedado en claro tengo esposo estoy casada y soy feliz con él.

— ¿Qué te hace pesar que no me ha quedado claro?

— Que me estas tratando de conquistar.

— Que estés casada no significa que no puedes disfrutar de la vida y también de un buen sexo.

— Amo la vida que llevo y amo el sexo que me da mi marido, además señor Vélez quiero que sepa que jamás cambiaría a mi esposo por un completo desconocido.

— Yo jamás dije que lo cambiarás, solo dije que de vez en cuando es mejor cambiar de postre el mismo puede aburrir en más de una ocasión, además de empalagar.

— Pues a mi no me aburre ni me empalaga de hecho amo pedir el mismo postre siempre.

— Claro eso dices porque no has conocido a alguien más que te haga sentir lo que él no puede hacer dime ¿qué fantasía te ha cumplido?¿qué posición usan? me imagino que siempre hacen lo mismo y jamás salen de la rutina.

— Esta conversación no me esta gustando disculpe pero creo que mejor me voy.

— No, yo te llevaré, mesero la cuenta- dijo al mesero que se encontraba por ahí, el se fue y minutos después volvió.

— Yo pago la cuenta. — dije una vez el mesero dejo la cuenta, pero él me quito la cuenta.

— Claro que no, yo te he invitado a cenar por ende yo pago.

— Pero creí que esto era por lo del café y por eso yo pagaría.

— Eso jamás - saco una tarjeta pagamos y salimos de ahí

— Creo que pararé a un taxi hasta nunca señor Vélez.

— Claro que no, yo fui por ti así que yo te llevo de nuevo a tu casa.


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𝚆𝚘𝚕𝚒 𝚌𝚊𝚛𝚊 𝚍𝚎 𝚐𝚞𝚊𝚗𝚊𝚋𝚊𝚗𝚊 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚢 𝚝𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚐𝚞𝚜𝚝𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚂𝚎𝚡𝚘 𝚜𝚒𝚗 𝙿𝙸𝙴𝙳𝙰𝙳

𝙼𝚎 𝚟𝚘𝚢 𝚗𝚘 𝚜𝚒𝚗 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚛𝚎𝚌𝚘𝚛𝚍𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚟𝚘𝚝𝚊𝚛 𝚢 𝚌𝚘𝚖𝚎𝚗𝚝𝚊𝚛.

𝙱𝚢𝚎!

:)

Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃  |Christopher Vélez| +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora