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Capítulo largo.

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Amelie Jones.

La lluvia llena el espacio con su relajante sonido, el auto se detiene justo frente a la casa.

— Hemos llegado señorita. — informó para mí el taxista.

— Aquí tiene. — le entregué la paga. Abrí la puerta lista para bajar y seguir empapándome del agua helada de la lluvia. — Gracias.

Bajé del auto, la helada lluvia azotó mi cuerpo, refrescando cada parte de mi cuerpo, mientras me empapa aún más, con una sonrisa levante el rostro hacia el cielo. La lluvia cae suavemente sobre mi rostro, refrescando mi piel y llenándome de una sensación de paz y tranquilidad. Cierro los ojos y respiro profundamente, dejando que el olor a tierra mojada invada mis sentidos. Siempre me ha encantado la lluvia, me parece mágica y encantadora.

De repente, siento unos brazos fuertes rodeando mi cintura, así como su olor inconfundible esa mezcla entre jabón y su perfume costoso, una presión suave en mis labios, hace que abra los ojos sorprendida y veo a Christopher, me mira con amor y deseo, sus ojos están oscuros llenos de un calor incontrolable que siento quemarme por dentro, con una sonrisa en sus labios, esa sonrisa perversa que tanto me agrada. Me pega más a su cuerpo en un agarre posesivo, mis manos las llevó hasta su cuello, mientras le regaló una sonrisa.

Su rostro se inclina, sus labios se encuentran con los míos en un beso apasionado, que me hace sentir viva y llena de emoción. Me hace olvidar todo lo que he pasado, solo me pierdo en el sabor de sus labios, ese sabor dulce y amargo a causa del vino, su lengua pide acceso que gustosa doy, sus labios se mueven en la sintonía perfecta para hacerme sentir acalorada sin importar que la lluvia me esté mojando.

La lluvia cae sobre nosotros, creando un ambiente íntimo y romántico que me hace sentir más cerca de él que nunca. Mis manos bajan de su cuello y se pasean por sus brazos, mientras que las manos juguetonas de Christopher se deslizan por mi cintura, una de ella sube hasta que agarra mi cuello profundizando aún más nuestro apasionado beso.

— Te estaba esperando gatita mía. — su voz sale susurrada y entrecortada gracias a la profundidad de nuestro beso.

— Quiero mi sorpresa.

— Celebraremos toda la noche que al fin eres mía, solo mía. — la posesión tiñendo su voz.

— Solo tuya. — conteste con una sonrisa en los labios.

Al fin era suya y solo le pertenecía a él, ya no hay mentiras ni secretos, al fin soy libre para amarlo solo a él y para que lo nuestro deje de ser clandestino.

Me levantó entre sus brazos, mis piernas las enganché a sus caderas mientras nuestros labios siguen teniendo una guerra constante, solo él puede hacerme olvidar todo con tan solo besos. 

Sexo 𝑠𝑖𝑛 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐀𝐃  |Christopher Vélez| +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora